Función y partes de la columna vertebral

Nuestra columna vertebral

Nuestra columna vertebral está preparada, para la adaptación a tener dos cinturas (escapular y pelviana) y una cabeza en posición vertical y continuada con el resto del esqueleto axial, en el mismo eje. Cada una de las unidades que componen una columna vertebral se llama vértebra, y estas están articuladas entre ellas por los discos intervertebrales, en una articulación con poco movimiento llamada anfiartrosis (las 2 primeras cervicales, no poseen discos ni entre ellas, ni con respecto al cráneo).

Estos discos están formados por un anillo externo de cartílago fibroso, y una estructura interna más blanda y pulposa, muy elástica llamada núcleo pulposo.

Gracias a estos discos, se permiten los diversos movimientos de la columna y se absorben choques verticales (tanto de arriba como de abajo, impacto con el suelo).
Podemos destacar como funciones de la columna vertebral: 

- Ser el eje axial de nuestro esqueleto. Dar una altura determinada a nuestro tronco.

- Ser el centro conector entre nuestro centro coordinador y el resto del cuerpo, ya que conecta la cabeza con el resto del cuerpo, tanto a nivel anatómico muscular, etc. (a través de la metamerización de todo nuestro cuerpo. Esto es muy interesante para estudiar patologías musculares y nerviosas, así como los desarrollos evolutivos de nuestro cuerpo), conexión a través de las cinturas con las extremidades (brazos y piernas), y conexión nerviosa, ya que por ella discurre la médula espinal, que conecta todo nuestro ser.

- Posee la necesaria flexibilidad, sumando los pequeños movimientos que se dan vértebra a vértebra, hacen un sumatorio de grandes posibilidades, para poder permitir a nuestro cuerpo estar siempre preparado y alerta frente al exterior, ya que nos da pie a rápidos movimientos y adaptaciones variadas.

- Las curvaturas son importantes ya que aumentan su resistencia, contribuyen a mantener el equilibrio en posición erecta, absorben los golpes que se producen al caminar y ayudan a proteger a la columna de fracturas.


Nuestra columna posee 4 curvaturas:
- 2 cóncavas llamadas lordosis. La cervical y la lumbar.

- 2 convexas llamadas cifosis. La dorsal y la sacro-coxígeo.

Al nacer no poseemos ninguna de estas curvaturas, tenemos una única curvatura ligeramente convexa, que iría en un continuo a lo largo de toda la columna vertebral.

La primera curvatura que aparece es la lordosis cervical, en el momento que al ser bebés empezamos a levantar la cabeza y por lo tanto a ejercitar los músculos del cuello, que al ir fortaleciéndose, reajustan y colocan los huesos par la mejor tracción y equilibrio de cargas de presión. Como consecuencia de una entrada en la columna, de esta lordosis, aparece a continuación más marcada la siguiente curva que sería la cifosis dorsal.

La siguiente curvatura de lordosis en la zona lumbar, que aparece en el momento que empezamos a caminar. La columna se yergue y al estar de pies, nuestra pelvis y piernas empiezan a ejercitarse y a cobrar importancia. Los músculos se fortalecen y reajustan el cuerpo a la nueva postura. Esta curvatura es más profunda que la lordosis cervical, puesto que la presión y peso que aguanta nuestra columna en esta zona es mayor.

Anatómicamente cada una de las vértebras también denotan estos esfuerzos y fuerzas a soportar, haciéndose en esta zona más robustas, anchas y cortas sus apófisis. Queda completada de esta manera las curvaturas que mantendremos de adultos.

Estas curvaturas, pueden acentuarse por distintas patologías, dando lugar a hiperlordosis (sobre todo la lumbar) y cifosis (la dorsal). Las curvaturas corresponden además, a los cambios de zonas vertebrales de la columna, es decir, a la tipología de cada una de sus unidades, las vértebras.

Médula espinal
Teniendo en cuenta la parte nerviosa conectora de nuestro cuerpo, la columna encierra y por lo tanto protege algo tan importante y necesario como es la médula espinal. En conjunto, la médula espinal y los nervios raquídeos contienen circuitos neuronales que intervienen en algunas de las reacciones más rápidas del organismo ante los cambios del medio ambiente.

Además de procesar los reflejos, la médula espinal es también el lugar donde se integran los impulsos nerviosos que surgen en ella o que le llegan desde la periferia y el encéfalo. Además, la médula espinal es la autopista por donde viajan los impulsos nerviosos motores destinados a los nervios raquídeos.

Protección:
Está localizada dentro de la columna vertebral, en el conducto vertebral (raquídeo), que le da protección, tanto la estructura ósea como los fuertes ligamentos, las meninges y el líquido cefaloraquídeo.

Anatomía:
Tiene una forma casi cilíndrica, aplanada ligeramente en sentido anteroposterior. En el adulto, se extiende desde el bulbo raquídeo hasta el borde superior de la segunda vértebra lumbar. En los recién nacidos alcanza hasta la tercera o cuarta vértebra lumbar. Durante la 1ª infancia, tanto la médula como la columna crecen en longitud como parte del crecimiento global del cuerpo. Hacia los 4 ó 5 años se detiene este crecimiento por elongación.

Como la columna vertebral continúa creciendo en longitud, la médula no ocupa la totalidad de la longitud del conducto raquídeo. La longitud de la médula espinal del adulto oscila entre 42 y 45 cm y su diámetro es de unos 2 cm en la región dorsal media, algo mayor en las regiones cervical inferior (engrosamiento cervical) y lumbar meda (engrosamiento lumbar) y menor en el vértice inferior (filum terminale).

Información ampliada en “Principios de Anatomía y Fisiología” de Tortora.

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Comentarios

la verdad que no era lo que buscaba pero esta muy buena la pagina. la voy a recomendar en todas partes.

Estimada Licenciada Santiuste: Vengo practicando (autodidacta) aquí en Caracas, Venezuela, la Neurociencia, la Psiconeuroinmunología (PNI) y el Radja Yoga desde hace 18 años (mi edad actual: 81). Hace 9 años, con un PSA de 4.8, mi urólogo frunció el ceño cuando detectó "cierta dureza" en alguna parte de mi próstata (expoloración rectal) y quiso ordenarme finasteride; a lo cual me opuse. Obviamente parecía ser algo más que una HBP. Pero acepté el reto al irme hacia lo natural, lo cual hice sin exagerar el rigor (seguía comiendo carnes rojas y pollos hiperhormonales de la industria). Un año mas tarde me comenzaron fuertes dolores en la sección media de cada fémur, perturbando mi sueño. El PSA de entonces por tres veces: 6.0-6.3-6.1. Mi urólogo no sólo insistió con la Finas sino que ahora era perentoria una dolorosa biopsia. También me negué y comencé mis sesiones (¡imaginación al tope!) de intraproyección mental localizada y visualización, auxiliado con sonoterapia (fonoterapia) pulsante alfa, valiéndome de un aparato sugerido por mí al técnico que lo armó. Los dolores desaparecieron en 90 días. Seguí con mi dieta "normal" (aquí un anciano pensionado con recursos bajos no tiene acceso a una nutrición sana) alimentándome con mi maíz (no olvides que soy hispanoamericano) transgénico y otros semejantes, sin excluir más presentes griegos (Troya) también de Monsanto, como son los pesticidas, herbicidas y otras lindezas. Así las cosas, hace dos años me diagnosticaron una artrosis severa lumbo-sacra y osteoporosis. En las placas yo vi cosas raras en el entorno conectivo, pero ni el radiólogo ni el traumatólogo vieron otra cosa que la artropatía. Desde entonces: dolores punzantes ante leves movimientos aún en la cama y de madrugada. Los dolores nunca han cedido con tratamientos alopáticos de ningún tipo. Es más, suspendí la ingesta de calcio y, paradójicamente me sentí mejor (¿efecto placebo por mentalidad naturista?). He intensificado la PNI desde hace 25 días a dos sesiones por día y claramente está funcionando. En paralelo ingiero por día unos 250g de piña (Ananás Comosus) ya que es una fruta que es barata porque abunda por aquí, y la inflamación ha bajado considerablemente. También un vaso mezcla de extractos preparados directamente de sus frutos: Noni (factor inmune) con extracto de guanábana -Annona Muricata- (antitumoral). Hace tres días levanté (fue algo automático) una caja de 15 kilos y luego estaba preocupado ya que en otras ocasiones tal burrada me ha llevado a la cama. Pero no pasó nada... Licenciada, no estoy cerrado al rigor científico puesto que en 1959 yo había aprobado asignaturas de medicina hasta 5º año en la Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Granada (No pude continuar por razones socio-económicas). Ahora soy un investigador botánico autodidacta con énfasis a la medicina natural o alternativa. He efectuado diversos cursos relacionados con esas disciplinas, incluyendo la auriculoterapia y la fitoterapia. He tratado de profundizar más y más en la Neurociencia y la PNI; pero ahora no sé donde estoy parado con respecto a la evolución de mis síndromes o enfermedades. ¿Cree Ud. que hubo algún proceso neoplásico? De haberlo habido, ¿Se operó alguna remisión?
Sus comentarios serán muy valiosos para mí.
La saluda muy cordialmente,
Jesús.

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