Enviado por Pablo Lastras en
Tipo de aditivo: Conservante
E 220 Anhídrido sulfuroso o dióxido de azufre.
E 221 Sulfito sódico
E 222 Sulfito ácido de sodio
E 223 Disulfito sódico,metabisulfito sódico o pirosulfito sódico.
E 224 Disulfito potásico matabisulfito potásico o pirosulfito potásico.
E 226 Sulfito cálcico
E 227 Sulfito ácido de calcio.
E 228 Sulfito ácido de potasio
Procedencia del aditivo y productos o alimentos en los que aparece
El azuframiento, cantidades inferiores a 50 mg/kg, no debe declararse en el etiqueta. Así los siguientes alimentos pueden contenerlo: zumo de limón, zumo de naranja, confituras, mermeladas, jaleas, vinagres, encurtidos y productos de pastelería. En cantidades de hasta 2000 mg/kg. debe declararse su adición. Así lo contienen productos como frutas escarchadas, frutos secos, verduras secas, gelatinas, purés de patatas, sopas preparadas, patatas para freír y determinadas mermeladas y compotas. En el vino no existe obligación de declarar el SO2 en las etiquetas. En las cervezas suele existir hasta 10 mg/litro de SO2 debido al extracto de lúpulo que contienen, ya que el mismo es tratado con SO2.
Efectos conocidos en la salud
La dosis máxima ingerible según la legislación actual del E 220 y sus derivados es de 0,7 mg por kg. de peso. Para expertos críticos estos límites son demasiado altos, ya que un niño de 6 años puede superarlos en cuanto coma solo 10 g. de fruta seca (orejones por ejemplo). El impacto sobre la salud del E 220 y derivados es muy negativo. La vitamina B1 es aniquilada, y se ha probado que el SO2 tiene una acción mutante sobre cultivos de células de mamíferos. Se sospecha su acción cancerígena. En animales la acción de ácido benzoico y benzoatos (E 210 a E 213) acentúa el impacto negativo sobre la salud del SO2. Además de todo esto pueden provocar reacciones alérgicas, irritaciones del tubo digestivo, diarrea, manifestaciones cutáneas, dolores de cabeza y vómitos. Se desaconseja su consumo especialmente a personas asmáticas y a enfermos del hígado y riñones. Ya en el siglo XV el anhídrido sulfuroso fue prohibido en Colonia (Alemania) por las intoxicaciones provocadas en consumidores de vinos.
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