La farmacia de la Naturaleza
La farmacia herbaria que es la Naturaleza no sólo es accesible y está abierta a los seres humanos. También los animales toman determinadas plantas en pequeñas cantidades cuando padecen estados diarreicos o gusanos intestinales. No podemos olvidar que los seres humanos encontraron sus primeros remedios en la Naturaleza. Existía entonces un gran problema: diferenciar entre las dosis tóxicas y las propiamente medicinales. Sólo a través de los siglos, tras repetidos intentos y errores, la tradicional fitoterapia fue asentándose y perfeccionándose.
Alfred Vogel comprendió desde un primer momento que para que una plana pudiera ejercer de forma óptima sus efectos medicinales debía crecer en un suelo intacto. Por eso sólo las recolectaba donde la Naturaleza estaba en orden y desde un principio estuvo abogando y luchando por el mantenimiento de un suelo “limpio”, premisa indispensable para el crecimiento sano de todo lo portador de vida.
Salvo algunas plantas alpinas, las plantas frescas empleadas por Alfred Vogel con fines terapéuticos, en productos de régimen y también para el cuidado del cuerpo, proceden de campos de cultivo en los que se siguen a rajatabla las rigurosas normas suizas sobre los cultivos ecológicos (Swiss organic agriculture law).
La importancia de la planta entera
Una segunda norma de Vogel fue emplear las partes medicinales de la planta con todos sus componentes; proceder que chocaba frontalmente con la práctica habitual de la medicina convencional, interesada solamente en aislar los principios activos de las plantas, encontrar su fórmula química y tratar de sintetizarla posteriormente en el laboratorio.
Alfred Vogel opinaba que emplear productos aislados, fueran uno o más principios activos de la composición natural de las plantas era un error.
Investigaciones recientes le han dado la razón, ya que muchas de las sustancias acompañantes de las plantas empleadas en fitoterapia ejercen también efectos de interés. A esto hay que añadir que la unidad natural de las sustancias activas y las acompañantes ofrecen a menudo una mejor tolerancia de las primeras. En algunos casos estas sustancias acompañantes reducen significativamente los efectos secundarios que pueden producir los medicamentes compuestos de principios activos aislados.
De qué forman actúan las plantas medicinales
La medicina popular y empírica procede de la práctica de viejas tradiciones. Antiguamente se empleaban diversas plantas contra muchas dolencias, aunque durante mucho tiempo se ha desconocido el “como” y el “por qué”, desde un punto de vista científico. En el siglo XIX comenzó la era del estudio farmacológico de la forma de actuar de las plantas (mecanismos de acción).
En esa época se inició, también a través de procesos químicos, el aislamiento de los principios activos de las plantas medicinales empleadas en la medicina popular. Comenzó a nacer toda una industria que empezó a disponer de remedios con principios activos aislados o elaborados sintéticamente. Esta nueva industria no tardó en imponerse, dejando atrás la hasta entonces fitoterapia tradicional.
Alfred Vogel y también muchos científicos contribuyeron con sus trabajos a situar en un primer plano a la fitoterapia, que había sido relegada a un segundo término. Gracias a sus deseos de aprender, a su actividad investigadora y a la Fundación Bioforce, con su competente equipo de investigación, el uso tradicional de las plantas medicinales ha ido dejando paso a la fitoterapia moderna, en la que los controles rigurosos y las investigaciones clínicas complementarias están a la orden del día.
La labor de biólogos y químicos en el aislamiento y análisis de los principios activos han favorecido el renacimiento de la fitoterapia. Las preguntas que se hacían muchos escépticos del “cómo, de qué manera y por qué” se pueden investigar y confirmar en muchos casos con los resultados experimentales conseguidos con las plantas medicinales, aunque también es cierto que a pesar de los avances, todavía hay plantas de las que no se dispone de conocimientos suficientes que expliquen sus indiscutibles efectos.
Control de calidad
Tal y como ocurre en todo organismo vivo, el sano desarrollo de las plantas dependerá de condiciones externas e internas. Alfred Vogel siempre procuró que las plantas que posteriormente iba a emplear en la elaboración de sus remedios crecieran en las mejores condiciones.
Otro esfuerzo de Bioforce es y ha sido conseguir unos niveles de calidad en sus productos que no sufrieran variaciones. Para ello se ha cuidado al máximo el suelo, el agua y aire, así como que las plantas empleadas fueran de cultivo biológico controlado, que éstas se sembraran en los lugares más adecuados, que se emplearan semillas de producción propia y que las plantas se recolectasen en el momento más apropiado.
Actualmente gracias a las modernas posibilidades de análisis, se pueden corregir las inevitables variaciones naturales de las plantas y garantizar el mantenimiento de unos niveles de alta calidad.
Fuente: Bioforce
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