La revista British Medical Journal informa: “La fatiga, sobre todo cuando se combina con el alcohol, aumenta enormemente el riesgo de ocasionar accidentes de carretera mortales o causantes de lesiones graves”.
Unos investigadores de Burdeos (Francia) descubrieron que hasta el 20% de los accidentes de autopista obedecían a la fatiga al volante, y que, incluso en circunstancias de conducción favorables, el 10% de los accidentes graves en los que estaba implicado un solo vehículo se relacionaban con la fatiga.
Según el profesor Jim Horne, director del Sleep Research Center (Centro de investigación del sueño) de la Universidad de Loughborough (Inglaterra), la tarde es uno de los momentos del día más peligrosos para los conductores. “Estamos hechos para tener dos períodos de sueño al día: uno por la noche, y el otro aproximadamente de dos a cuatro de la tarde”, dice él.
Qué hacer ante el cansancio
¿Qué debería hacer un conductor cuando entra en un estado de somnolencia? Detenerse un rato. “Abrir la ventanilla o encender la radio solo produce un alivio temporal. Lo mejor es buscar un lugar seguro para estacionar el vehículo y echarse una siesta de quince o veinte minutos”, añade Horne.
El problema es que muchos conductores siguen al volante aunque se den cuenta de que tienen sueño.
El periódico londinense The Sunday Times agrega: “La próxima vez que note que bosteza, que se le empiezan a cerrar los ojos o que le cuesta concentrarse mientras conduce, recuerde que se trata de un aviso que, si lo pasa por alto, pudiera costarle la vida”.
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