El tacto es el primer sentido que se desarrolla en el niño, y es mediante éste que el cerebro del recién nacido recibe la mayor parte de la información del mundo que le envuelve.
Beneficios del masaje en niños
El sentido del tacto es, pues, en estas primeras edades (hasta los 7 años) una pieza muy importante en el desarrollo neurológico del niño.
El masaje infantil ofrece una manera agradable, intensa y bonita de establecer una comunicación táctil con el niño, donde intervienen otros estímulos enriquecedores como son la voz, las miradas y, sobre todo, esta gran envoltura emocional que es la ternura, el afecto, el amor incondicional…, que hacen que el niño pueda crecer con seguridad, aceptación, autoestima y autonomía, y que favorece los procesos de aprendizaje.
El masaje no favorece solamente al niño, sino también a los padres, que lo aplican, ayudando a establecer y a enriquecer estos lazos afectivos, base para las actuales y futuras relaciones padres-hijos.
El rato de masaje facilita hallar herramientas para escuchar y entender mejor al hijo y, por tanto, poder entenderlo mejor según sus necesidades específicas.
Es muy adecuado en niños en periodo de adopción, adoptados, prematuros, niños con largos periodos de hospitalización y niños con carencias físicas o psíquicas.
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