Bases fisiológicas del sistema sensorial
Los sentidos están compuestos por un parte receptora y por el sistema nervioso central.
Los receptores son zonas especializadas, sensibles a ciertos estímulos o sensaciones específicas del medio ambiente donde se encuentran. Cuando son estimulados responden enviando impulsos eléctricos, que se propagan por conducciones nerviosas a la corteza cerebral, donde estos mensajes son analizados e integrados con otras sensaciones y recuerdos, produciendo una respuesta inmediata.
Nuestro cerebro es como una enorme y sofisticada computadora con miles de microcircuitos electrónicos conectados a múltiples terminales (los receptores), y que reciben, coordinan y almacenan todos los mensajes, a la vez que elaboran las respuestas adecuadas. De todas maneras, el cerebro humano, es mucho más complejo y eficaz que cualquier ingenio electrónico inventado.
El cuerpo humano esta repleto de receptores, unos localizados muy cerca de la piel y que sirven para captar las variaciones del mundo externo (la vista, el oído...). Sin embargo, otros están situados en zonas especiales dentro del organismo y nos informan de todo lo que acontece en el interior de nuestro cuerpo (dolor, presión, cambios químicos...)
Cada receptor solo reconoce y responde a un tipo específico de estímulo, aquel para el que ha sido creado. Así por ejemplo, los conos y bastones del ojo responden ante estímulos visuales, pero son incapaces de sentir dolor, y viceversa, los receptores del dolor quedan indiferentes ante la luz.
Existe un tipo especial de receptores que nos informan de la posición de las distintas partes del cuerpo, del movimiento que estamos realizando y de su velocidad. Están situados en los músculos, tendones y articulaciones.
Todas y cada una de las partes que forman nuestro cuerpo están representadas en la corteza cerebral. Existe una conexión nerviosa compuesta por una cadena de neuronas que une cada punto del organismo con otro punto específico en la corteza cerebral, de manera que si nos pinchamos la punta del dedo índice, rápidamente, aún sin verlo, reconocemos el lugar exacto. El aprendizaje es de gran importancia para mayor sensibilidad y exactitud.
El masaje curativo, así como la acupuntura, se basa en el conocimiento de estos puntos de la piel y su relación con otras zonas del organismo.
1.- EL TACTO
Los receptores cutáneos se distribuyen por la piel de forma discontinua y no uniforme; así, el tacto es más fino en la yema de los dedos; el calor se aprecia mejor en la mejillas etc. Los receptores para el dolor son terminaciones ner-viosas libres, mientras que el resto son corpúsculos sensitivos de diferentes tipos.
La sensación del tacto comprende dos aspectos: contacto y presión. El contacto se recibe mediante los corpúsculos de Meissner, situados en la parte superior de la dermis, generalmente cerca de la zona de contacto con la epidermis; abundan sobre todo en la punta de la lengua y en la yema de los dedos. La sensación de presión aparece cuando la piel se deforma, a consecuencia del contacto, y se aprecia por los corpúsculos de Pacini: estos se localizan en las capas profundas de la dermis y en los músculos y articulaciones.
La sensibilidad térmica se debe a dos tipos de receptores, los corpúsculos de Krause y los corpúsculos de Ruffini, que no reciben temperaturas determinadas, sino diferencias de temperaturas. Los corpúsculos de Kraus se localizan superficialmente en la dermis y abundan sobre todo en la mucosa lingual y en la conjuntiva del ojo; se estimulan por temperaturas inferiores a la corporal y, por tanto, son los responsables de la sensación de frío. Los corpúsculos de Ruffini se hallan en la zona profunda de la dermis y son estimulados por temperaturas superiores a la de la piel, produciendo la sensación de calor.
La sensación de dolor se debe a terminaciones nerviosas libres (norirreceptores) que se localizan en la epidermis y, también, repartidos por todo el interior del organismo. No se excitan por un estímulo particular, sino por cualquier estímulo cuya intensidad sea lo suficientemente elevada para causar lesiones al organismo.
2.- LA VISTA
El sentido de la vista, como el resto de los sentidos y órganos del cuerpo, no actúa aisladamente sino en equipo. Así la imagen final que se forma en nuestro cerebro es el resultado de integrar junto a la información que suministran los ojos, la proveniente de los otros sentidos, los recuerdos y el aprendizaje.
Los receptores visuales que captan los estímulos luminosos se localizan en el ojo, que, por lo tanto, es el órgano de la vista. El ojo está formado por los globos oculares, alojados en la cuencas orbitarias del cráneo, y varios órganos anejos.
El ojo al igual que una cámara fotográfica, está formado por una cavidad oscura, córnea y cristalino) que desvían los rayos luminosos para que se concentren en una zona sensible, la retina, que capta la imagen que será trasmitida por los nervios ópticos al cerebro. La retina contiene dos tipos de células, los conos y los bastones, la visión de los colores se debe a los conos mientras que el brillo y el contraste y la visión en la oscuridad esta relacionada con los bastones.
3.- EL OIDO
El oído humano tiene diversas funciones: como fuente de placer, como medio de defensa y como instrumento de comunicación.
Los sonidos está producidos por las vibraciones del aire y se propagan como ondas sonoras. Las cuales entran por el conducto auditivo externo hasta el tímpano, que es una membrana móvil, haciéndola vibrar armónicamente. Esta vibración se trasmite a un grupo de huesecillos (martillo, yunque, estribo) situados a continuación del tímpano.
Los huesecillos se mueven de manera diferente de acuerdo a la intensidad, timbre o tono del sonido. Este movimiento se trasmite a través de un orificio (la ventana oral) a un líquido especial, que ocupa el interior del oído interno, que por su aspecto en espiral recibe el nombre de caracol.
Es aquí donde los sonidos son captados por unas células especiales que forman el órgano de corti, y son enviadas al cerebro por medio del nervio auditivo.
4.- EL GUSTO
Si pasamos un dedo por encima de la lengua podemos comprobar que no es lisa, sino que tiene múltiples "granitos", alrededor de diez mil, conocidos por papilas gustativas. Están situadas fundamentalmente en los bordes y en el dorso de la lengua, aunque también existen en el paladar y en la faringe.
La lengua solo reconoce los cuatro sabores fundamentales: el salado, el ácido, el dulce, el ácido y el amargo. Y cada uno de ellos se recibe con mayor o menor intensidad en distintas partes de la lengua (el dulce en la punta, los ácidos en los bordes, los amargos en la parte posterior y los salados por todas partes).
5.- EL OLFATO
El hombre actual tiene poco desarrollado el olfato, aunque existen personas con mayor sensibilidad a los olores, como ocurre con otros sentidos o funciones del organismo sino se usa mucho se atrofia. En épocas remotas de la historia del hombre, así como en tribus primitivas, este sentido se encuentra más rico y variado, sirviendo en muchas ocasiones para percibir la proximidad de algún animal peligroso y poder salvar la vida.
Hay animales que tienen muy agudizado el sentido del olfato, como el perro y el jabalí, y que son capaces de seguir el rastro de otro animal o del hombre guiándose por él.
LA PIEL
La piel es una cubierta protectora e impermeable que envuelve al cuerpo en su totalidad, formada por dos capas: una externa la epidermis y otra interna, la dermis.
En ambas capas, pero especialmente en la epidermis, se localizan los melanocitos o células productoras de melanina, pigmento oscuro que da el color característico de la piel.
La epidermis esta constituida por tejido epitelial plano estratificado y en ella se diferencian varios estratos o capas, entre los que destacan dos:
1 - Capa córnea: es la más externa, de grosor variable, formada por células muertas impregnadas de queratinas, que hacen impermeable la piel; estas células se desprenden con facilidad, con los roces, en forma de escamas, caspa, etc.
2 - Capa basilar o germinativa: formada por una capa de células en continua división; de ella derivan las otras capas de la epidermis.
La dermis esta formada por tejido conjuntivo y en ella se alojan los vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas. Se apoya sobre el tejido celular subcutáneo, de naturaleza adiposa conocido también como hipodermis.
Los órganos anejos de la piel comprenden las siguientes formaciones: Glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, uñas y pelos. Las glándulas sudoríparas secretan sudor y las sebáceas sustancias grasas, en la mujer, las glándulas mamarias secretan leche. Las uñas son formaciones epidérmicas derivadas de la capa córnea, que aparecen sobre la cara dorsal de las últimas falanges de los dedos. Los pelos son producciones epidérmicas filiformes y sensibles, extendidas por casi todo el cuerpo. Constan de una parte libre que sobresale de la superficie de la piel, el talo; y de una parte oculta en el folículo piloso, la raíz, que en su extremo presenta un ensanchamiento denominado bulbo. Junto a los pelos existen glándulas sebáceas y músculos erectores u horripiladores de los pelos (al contraerse se produce el erizamiento en deter-minadas circunstancias.
También contiene gran cantidad de receptores que nos permitir percibir cuatro tipos de sensaciones: tacto, frío, calor y dolor.
La piel cumple una serie de funciones de gran importancia para la vida humana:
- Ofrece una barrera protectora entre el medio ambiente y el cuerpo.
- Protege a los órganos internos de lesiones, de la luz solar y de los gérmenes.
- Es un órgano sensorial: es sensible al tacto, al color y a la temperatura.
- Mantiene constante la temperatura del cuerpo.
- Proporciona una barrera impermeable.
- Mantiene el equilibrio de los líquidos corporales
- Interviene en la eliminación de líquidos, minerales y otros bioquímicos.
Estudio cartográfico del sistema sensorial en el iris
Posición de los diferentes órganos en la gráfica del iris:
Piel: Ultimo círculo del iris. Zona 7.
Oídos: en 53 min. I.D. y 7 min. en I.I.
Ojos: en 6 min. I.D y 54 min. I.I.
Nariz: en 8 min. I.D. y 52 min. I.I.
Boca, Lengua: en 9 min. I.D. y 51 min. I.I.
La piel es uno de los cinco órganos de eliminación mayores que tenemos. Es uno de los más importantes, a pesar de que la mayoría de la gente común no piensa en absoluto en ella como un órgano.
Una persona normal elimina un promedio de 900 g. de material de desecho a través de los poros. La gente que realiza una actividad física vigorosa elimina una cantidad aún más grande. Si la eliminación a través de la piel se viera reducida severamente, no podríamos vivir por más de unas pocas horas. Una víctima de quemaduras que ha sufrido la pérdida de más de 50% del funcionamiento de la piel tiene mínimas oportunidades de sobrevivir. Aunado al riesgo de infección de la piel, sus riñones han recibido una terrible carga debido a la pérdida de la asistencia de la piel; ahora tiene la sobrecarga extra de eliminar el ácido úrico que normalmente aquélla eliminaba. El ácido úrico es un producto final del metabolismo, pero es tóxico y debe ser expulsado de manera continua. Debido a que la piel funciona muy parecido a los riñones en la eliminación de estos desechos, a muchos iridólogos les gusta llamarla “el tercer riñón”.
La eliminación a través de la piel es facilitada por la exposición al aire y a la luz del sol. Sin embargo, a pesar de lo maravilloso que podría ser para la eliminación andar desnudo, esto es generalmente reprobado por la sociedad. Por fortuna, las telas de tejido suelto y fibras absorbentes (algodón, lino, seda, lana) pueden ser de gran ayuda. Así, podemos llevar un mínimo de ropas cuando el clima y la ocasión lo permitan. La hidroterapia bien aplicada junto con el cepillado de la piel en seco con un cepillo de cerdas es maravilloso método de ayuda en el cuidado de la piel.
La eliminación deficiente a través de la piel es mostrada en el iris por un área oscurecida en la zona 7, la más externa en la gráfica del iris. El área de oscuridad se extiende a menudo más allá de esta zona, cubriendo la 6 y la 5. A esta parte oscura se le conoce como anillo escamoso. A mayor oscuridad y amplitud del anillo escamoso corresponde un problema más grave de eliminación por la piel.
Raro es el iris que no muestra algún grado de disfunción dérmica. No obstante, es más evidente en las personas que viven en climas fríos y usan ropas gruesas.
Tampoco olvidemos la relación entre intestino y piel; es decir, equilibrio térmico, tan importante para la salud.
Y además siguiendo con la ley de Hering, recordemos que la curación se efectúa de dentro hacia fuera; esto quiere decir que en los casos de enfer-medades crónicas tenemos que esperar a que haya una detoxificación interna para llegar a ver la curación de la piel (órgano externo).
Ejemplo de dos casos muy contrastados. En el primero vemos una piel con un buen funcionamiento al notar que no hay anillo escamoso; y por el contrario, notable anillo escamoso en la segunda foto.
Temas relacionados:
Curso de iridología digital en DVD y on-line
Comentarios
Genser Pineda replied on
Felicitaciones
Añadir nuevo comentario