La flora submarina del océano Atlántico nos proporciona una cantidad considerable de estos vegetales marinos que son las algas, alimento rico en sales minerales y en vitamina B12.
Las algas marinas, aunque prácticamente abandonadas para la alimentación humana en los países occidentales, son muy consumidas en Extremo Oriente, hasta tal punto que constituyen allí un 25% de las dietas alimenticias, e incluso en Japón, determinadas algas alimenticias son objeto de auténticos cultivos industriales, pues se ha visto que su valor nutritivo es igual o superior al de las plantas terrestres, por lo que constituyen un excelente complemento alimenticio.
Composición de las algasLos principales componentes de las algas comestibles con los hidratos de carbono (azúcares o gomas vegetales), pequeñas cantidades de minerales (especialmente yodo y potasio) y una gran cantidad de agua (80- 90%).
a) Proteínas: Si bien las algas las contienen en poca cantidad, sus porcentajes varían según las especies y los lugares de recolección. De entre ellas las del género “Porphyra” son, con mucho, las más ricas en estas sustancias, las cuales pueden llegar a ser incluso digestibles hasta un 75%.
b) Hidratos de carbono: Al igual que las proteínas, es preciso tener en cuenta no solo el contenido, sino el grado de digestibilidad de los distintos hidratos de carbono de que están compuestas las algas. Como regla general puede afirmarse que el contenido de hidratos de carbono totales absorbibles oscilan alrededor de un 25%, aunque al parecer el grado de absorción aumenta en proporción al estado de desnutrición del organismo.
c) Yodo: En Oriente se considera que el uso de las algas en la alimentación es la principal causa de la ausencia de bocio en dicha zona, cosa que es atribuible al yodo que contienen; contenido que oscila de un tipo a otro, entre 0,07 y 0,76%.
d) Vitaminas: Por lo general, 100 gramos de algas suministran cantidades de vitamina A, B2 y B12, superiores a las necesidades del organismo, y un 67% de las que éste tiene de vitamina C. Existe un género, el de las “Porphyra”, que, por peso, suministra más vitamina C que las naranjas.
Propiedades terapéuticas. El yodo
Por todo lo expuesto anteriormente se deduce que las algas, además de su valor nutritivo resultan beneficiosas por su contenido en yodo, necesario para la prevención del bocio y ciertas enfermedades cutáneas, con la particularidad de que al encontrarse en perfecto equilibrio con otros elementos minerales-traza, que también se encuentran presentes, neutralizan su toxicidad en caso de dar una dosificación excesiva por ingestión de algas muy ricas en este mineral. El yodo contribuye a la revitalización de nuestro cuerpo por medio de la glándula tiroides. Esta glándula si no recibe la cantidad de yodo suficiente, no puede cumplir el importante papel que desempeña en el buen funcionamiento metabólico y coordina la secreción de los diferentes órganos; regulariza las reservas grasas del organismo y actúa sobre la función cardiaca y la circulación sanguínea. Acción desinfectante sobre la piel. Las algas marinas son útiles también en muy diversos campos de aplicación, como pueden ser la fatiga, la estimulación de las glándulas endocrinas, las curas de adelgazamiento, combatir el estreñimiento y como aporte de vitamina B12 en los regímenes vegetarianos. Las algas marinas resultan no solo interesantes desde el punto de vista del régimen macrobiótico, en el que figuran como indispensables, sino por los numerosos beneficios que proporcionan:
1) Por su contenido en aminoácidos, vitaminas, yodo, oligoelementos, diastasas y mucílagos.
2) Por ser verdaderos concentrados de agua de mar, conteniendo verdaderos depósitos de productos vivificantes procedentes del mismo.
3) Porque puestas en suspensión en agua dulce y tibia liberan dichos “elementos de vida”, de donde permiten la posibilidad de practicar una cura marina en casa, ya sea por vía bucal o por vía cutánea. Formas de uso de las algasPueden usarse bajo muchas formas y de muchas maneras: como algas deshidratadas puras, mezcladas con los desayunos junto a arroz, etc., mezcladas con levadura, en mermeladas, entremeses y en forma de extractos de algas. Cada especie de algas alimenticias posee unas propiedades características.
En otros artículos hacemos una breve descripción de las algas más típicas.
Bibliografía
J.L. KIGER y J.G. KIGER.- “Biscuiterie et Produits de Régime”. Tomo 1. Ediciones Dumod. París, 1967.
R.R. PARIS y H. MOYSE.- «Matiére Medical», Masson, París, 1976.
C. CRAPLET. «Alimentation d’aujourd’hui et de demain ». Vigor Frères. París. 1971.
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