A continuación damos algunos datos curiosos para familiarizarnos con este líquido o tejido vital que es la sangre. En el video inferior podrán ver dos tipos diferentes de leucocitos.
La hemoglobina de los glóbulos rojos
La molécula de hemoglobina está formada por más de 10.000 átomos. A pesar de ser una de las mayores del organismo, sólo puede transportar un máximo de 8 átomos de oxígeno en parejas (O2). Los cuatro átomos de hierro de la molécula de hemoglobina actúan a modo de imanes sobre el oxígeno, y sus cuatro cadenas proteicas lo envuelven firmemente hasta que la demanda de los tejidos las obliga a liberarlo. Un glóbulo rojo contiene hasta 300 millones de moléculas de hemoglobina.
El recambio de los glóbulos rojos
Trescientos mil millones de glóbulos rojos, aproximadamente un 1 % de la cantidad total del cuerpo, se pierden y se sustituyen cada día. Es el equivalente de cambiar la población de la tierra cada media hora más o menos.
Glóbulos rojos: inagotables viajeros
Los glóbulos rojos durante sus 120 días aproximados de vida realizan unos 75.000 viajes entre los pulmones y los tejidos hasta morir agotados.
¿Cuántos glóbulos rojos tenemos?
En un adulto sano están en una concentración de alrededor de 5 millones por mm3. Si tenemos en cuenta que el volumen total de sangre de una persona representa el 8 % de su peso corporal, un hombre de 80 kg tiene 6,4 litros de sangre, que contiene la nada despreciable cifra de 32 mil millones de glóbulos rojos.
¿Y en la cabeza de un alfiler?
Un milímetro cúbico de sangre contiene: 5.000.000 de glóbulos rojos; entre 5.000 y 10.000 de glóbulos blancos y entre 200.000 y 300.000 plaquetas. Todo esto en el volumen de una cabeza de alfiler.
¿Tenemos sangre roja y azul?
No. La sangre que circula por las arterias al estar cargada de oxígeno tiene un color rojo intenso. Cuando pasa a las venas y capilares ha cedido parte del oxígeno a los tejidos y ha recogido anhídrido carbónico. Esta sangre empobrecida en oxígeno tiene un color rojo más oscuro, motivo por el que en los atlas, enciclopedias y libros de hematología la sangre venosa se representa con un color azul.
¿Cuánto oxígeno reparten los glóbulos rojos?
En condiciones de reposo suelen transportar unos 250 mililitros de oxígeno por minuto; es decir, unos 15 litros por hora. Si la demanda es más elevada la cantidad puede elevarse a los 225 litros por hora.
No se desperdicia nada
Los eritrocitos viven entre 100 y 120 días antes de ser eliminados por el bazo. El hierro de estos se vuelve a aprovechar y reutilizar para la fabricación de nuevos glóbulos rojos. Cada segundo se forman entre dos y tres millones de glóbulos rojos, cantidad similar a la que se destruye.
La longitud de nuestro sistema circulatorio
La sangre circula por el cuerpo a través de las arterias, venas y capilares, cuya longitud total supera los 1.600 km.
La arteria mayor
La arteria de mayor tamaño es la aorta, cuyo diámetro mide 2,5 cm.
Arterias y capilares
Las arterias son como autopistas por las cuales la sangre avanza a oleadas impulsada por el corazón. Los capilares son, por el contrario, tan delgados que recuerdan el grosor de un cabello. Algunos son tan estrechos que los glóbulos rojos deben circular en fila india para poder pasar.
Las plaquetas: tapones para las heridas
Las plaquetas son las células sanguíneas más pequeñas, no superan los 0,003 milímetros. Son muy pegajosas. Si se produce una herida pequeña se adhieren a los bordes de la herida y se van pegando la una a la otra hasta que cierran la herida. Sin embargo, si la herida es más grande las plaquetas no se bastan por sí solas y tienen que recurrir a sus aliados los factores de coagulación (hay trece). El resultado final de los factores de coagulación es la transformación de la proteína plasmática, fibrinógeno, en una sustancia sólida, fibrina. La fibrina se dispone en delgados filamentos como los de una tela de araña que va englobando en su interior a las células sanguíneas atrapándola en sus redes produciendo el llamado coágulo. La sangre atrapada en la red de fibrina ya no puede escaparse del cuerpo. Problema resuelto.
Los linfocitos T, el servicio secreto del organismo
Sabemos que las células poseen una identidad química o “DNI” que conforman los denominados antígenos. Los linfocitos T son los leucocitos encargados de descubrir e identificar cualquier célula que penetre en el organismo. Si estos antígenos no son reconocidos como propios del organismo, las células son atacadas y destruidas, como suele ocurrir con los trasplantes. Los linfocitos T darán esta información a los linfocitos B para que realicen su trabajo.
Los linfocitos B, las fábricas de armamento
Cuando un virus, bacteria, etc. entra en el organismo, los linfocitos B, una vez que han recibido la información de los linfocitos T, fabrican los anticuerpos para los antígenos de los patógenos. Estos anticuerpos son proteínas cuya función es la de fijarse sobre los antígenos de las células invasoras e inactivarlas. La unión entre antígeno y anticuerpo se puede comparar la modelo de la llave y la cerradura. Cuánto más perfecto sea el ajuste, más eficaz será el sistema inmunológico para combatir al enemigo.
La muerte de los glóbulos blancos
En la lucha constante que tienen los glóbulos blancos contra los agentes patógenos, llega el momento en que los leucocitos ingieren tal cantidad de gérmenes o toxinas que éstas les causan la muerte. Por lo general, un glóbulo blanco puede ingerir entre 5 y 25 bacterias antes de morir en defensa nuestra.
;Cuánto viven los glóbulos blancos?
En condiciones normales viven algunos días; pero si existe una infección la vida media de los glóbulos blancos oscila entre 6 y 12 horas. Este tiempo se puede reducir hasta 2 o 5 horas.
El plasma sanguíneo: excelente medio de transporte
El agua es el principal componente del plasma sanguíneo. Pero además contiene, azúcares, grasas, proteínas, sales minerales, vitaminas, hormonas y sustancias de desecho del metabolismo celular. El hecho de que todos estos componentes junto con las células sanguíneas estén flotando en este líquido plasmático permite que lleguen sin problemas a todas las células corporales para nutrirlas de la forma adecuada.
La albúmina del plasma y el agua
La albúmina es una de las proteínas del plasma sanguíneo. Una de sus tareas es la de retener el agua en el interior de los vasos sanguíneos. Si por enfermedades o deficiencias nutricionales las cifras de albúmina plasmática disminuyen, parte del agua del plasma se escapa a los espacios intersticiales entre las células y se produce el clásico hinchazón conocido como edema.
La linfa, el sistema de drenaje y limpieza
Parte del plasma se filtra a través de los vasos sanguíneos y pasa al espacio que rodea las células, constituyendo un líquido amarillento que se conoce como linfa. La linfa es recogida y transportada por el sistema linfático, que se encarga de drenar el exceso de agua de los tejidos. Pero además, el sistema linfático permite librar al organismo de gérmenes y sustancias tóxicas.
El bazo, almacén y cementerio de la sangre
Entre las funciones del bazo se encuentran la de servir de reserva de sangre, que libera cuando hay un déficit en el sistema circulatorio, por ejemplo en caso de una hemorragia, pero también es el aniquilador de las células sanguíneas viejas o deterioradas.
La cuestión del Rh
El factor Rh es un antígeno propio de los glóbulos rojos presente en el 85 % de la población. El resto de la población que carece de este antígeno se dice que es Rh negativo. Si una mujer Rh negativa es fecundada por un hombre Rh positivo, el feto puede ser también Rh positivo. Si el antígeno Rh llega a la sangre materna a través de la placenta inducirá la producción de anticuerpos, que atacarán a los siguientes fetos Rh positivos. Esto puede ser prevenido administrando a la madre después de cada parto una medicación especial.
Los grupos sanguíneos
Todos los seres humanos pertenecemos a uno de los cuatro grupos sanguíneos que componen el sistema ABO (A, B, AB, O). La mezcla de sangres de dos grupos sanguíneos incompatibles resulta en un desastre para el organismo receptor ya que los glóbulos rojos se aglutinan unos con otros obstruyendo los vasos sanguíneos. Esto es debido a la presencia en la sangre receptora de anticuerpos contra los glóbulos rojos de grupo distinto al suyo.
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