Corona iridiana en Iridología. El primer círculo concéntrico que se produce a continuación del borde pupilar. Dividiendo el iris en zonas, la corona iridiana está situada en la 3ª zona del iris, a 1/3 de distancia de la pupila. En un estado perfecto de salud esta corona no se apreciaría prácticamente.
Sin embargo, este signo iridiano lo observaremos en todos los iris, sea cual sea su densidad, constitución, etc. En algunos iris es más difícil de visualizar, pero con un poco de práctica la veremos en todos.
La estructura de la corona del iris es sensible a las alteraciones del flujo nervioso vegetativo y hasta cierto punto nos da una idea aproximada del estado de equilibrio de este sistema. El motivo es que justo en esta zona se localiza la “frontera” entre la actividad nerviosa simpática y la actividad parasimpática que regulan el movimiento del iris y de la pupila. Cualquier desequilibrio en estos sistemas nerviosos autónomos provocará una alteración de la forma, tamaño y localización de la corona nerviosa autónoma.
Desde un punto de vista naturista la corona iridiana representa el nexo de unión, o de relación entre el estado del sistema digestivo y el resto del cuerpo.
Hay varios signos iridológicos visibles en la banda del sistema nervioso autónomo. Cuando se les ve, se manifiestan como una deformación en el carácter de la banda en su localización en la gráfica.
La dilatación o contracción de la corona refleja disminución o aumento del sistema nervioso autónomo simpático o parasimpático del sector afectado. Pero esta corona cuando presenta dilataciones o contracciones siempre refleja el estado atónico o espasmódico de los intestinos como de los órganos a los que se dirige.
Esta corona, a veces, está borrada o desdibujada, y en otras ocasiones sobreelevada. Cuando está borrada total o parcialmente puede indicar una falta en el sistema nervioso vegetativo, con debilidad de las reaccioones corporales de defensa. Si está sobreelevada indica una hipertonía del sistema simpático, con tendencias a los padecimientos por exceso de función (agudo), como espasmos, eliminaciones catarrales, dolores nerviosos, etc.
Otros signos de la corona iridiana están relacionados con el corazón, el timo y el plexo solar. Con el corazón diré que hay que separar las enfermedades del corazón asociadas con la función nerviosa de aquellas vinculadas con padecimientos cardiovasculares. Las enfermedades cardiovasculares no se revelan, por lo general, en el área del corazón de la gráfica iridológica. Esto es así en muchos casos por ser principalmente problemas de obstrucción vascular, lo que nos lleva a un examen más de la circulación general que no en sí mismo del corazón. De modo, que son las debilidades cardiacas hereditarias que involucran el aprovisionamiento nervioso al corazón las que se manifiestan en el iris como una separación de la banda nerviosa en el sector del corazón. Tengamos en cuenta, que el corazón y el plexo solar no solo bordean la banda del sistema nervioso o corona iridiana, sino que de hecho forman parte integral de ella. Esta es la clave para distinguir un problema cardiaco de un problema bronquial. En el problema cardiaco siempre estará alterada la corona iridiana, no en el problema bronquial.
Resumiendo, cuando examinemos un iris, busquemos una sección anormalmente gruesa o delgada en la corona iridiana. Si la banda aparece gruesa, blanca y elevada, indica un estado agudo de hiperactividad de la energía nerviosa. Si aparece delgada y filamentosa es señal de un flujo nervioso debilitado.
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