Se sabe de la eficacia y eficiencia de nuestro sistema inmunológico, pero este no deja de sorprendernos cuando se ponen a la luz algunos detalles que los investigadores siguen analizando.
Al analizar la sangre de ancianos que sobrevivieron a la llamada gripe española de 1918, se encontraron "anticuerpos que aún viajan por el organismo buscando liquidar la vieja cepa de gripe".
Según informa International Herald Tribune: "Han pasado ya nueve décadas desde la desaparición de la gripe más mortifera de la historia, y el torrente sanguíneo de los sobrevivientes todavía porta la poderosa protección contra el virus de 1918, lo que demuestra la notable durabilidad del sistema inmunológico de los seres humanos".
Con estos anticuerpos se creó una vacuna capaz de curar ratones infectados con la gripe mortal. Los investigadores se han quedado tan asombrados de la memoria del sistema inmunológico que uno de ellos exclamó: "El Señor nos ha bendecido con anticuerpos para toda la vida. Lo que no mata, fortalece".
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