La polenta es un alimento hidrocarbonado, obtenido a partir del maíz, por secado y trituración adecuada, con la que se obtiene una sémola que se utiliza en la preparación de papillas, purés y pastas semicocidas, para preparar platos alimenticios básicos o bien como acompañamiento (guarnición) para otros platos más o menos complejos.
Su gran poder energético (314 Kcal. por 100 g.) y su alto contenido en vitaminas naturales hacen que resulte un producto muy nutritivo y de gran interés dietético, al mismo tiempo que constituye un elemento básico en la cocina de muchos países. Puede tomarse solo o en forma de preparados especiales (polenta).
Indicaciones de la Polenta
Recomendable para la alimentación infantil, en los casos de anemia o delgadez excesiva, para los enfermos celíacos y niños alérgicos a la proteína del gluten, soja y leche.
Preparación de la Polenta
Se toma un cuarto de litro de agua o de leche y aproximadamente 125 gramos de Polenta, poniéndolos en una cazuela a fuego lento, hasta conseguir la ebullición, que debe durar 20 minutos, durante las cuales se debe remover constantemente con una cuchara de madera (nunca metálica), hasta que adquiera la consistencia suficiente para que no se adhiera al recipiente, estando entonces lista para servirse.
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