El significado literal del término aerofagia es “comer aire”. De modo que la aerofagia se define como la deglución morbosa de aire, por medio de frecuentes tragos de aire efectuados inadvertidamente por la persona.
El aire ingerido se acumula en el estómago, lo dilata y provoca frecuentes eructos que a menudo asumen un ritmo característico.
Síntomas de aerofagia
Los síntomas principales que pueden acompañar a la aerofagia son:
- Eructos
- Anorexia, es decir falta de apetito.
- Disnea, es decir dificultad respiratoria.
- Palpitaciones cardiacas.
- Vértigos.
- Sensación de tensión molesta en la pared abdominal.
Aerofagia y dispepsia
En la dispepsia también se suelen presentar estos síntomas debido a las abundantes fermentaciones gástricas que produce la dispepsia. Sin embargo, hay una forma de distinguir si los síntomas son por dispepsia o por aerofagia. En la dispepsia, los eructos al ser provocados por la emisión de gas procedente de las fermentaciones y no por el aire ingerido, los eructos son fétidos, de olor desagradable, mientras que en el caso de la aerofagia los eructos no son mal olientes.
En la observación clínica de la aerofagia, el médico descubre una dilatación más o menos notable del estómago, además el corazón se desplaza algo hacia arriba a consecuencia de la dilatación gástrica que presiona el diafragma.
Causa de la aerofagia
La aerofagia puede manifestarse por anomalías en la forma y disposición del estómago, por fermentos irritativos inflamatorios de la mucosa gástrica (gastritis), y sobre todo, por trastornos nerviosos en personas emotivas, con ansiedad, que comen muy deprisa o son muy comilonas. También puede aparecer en personas neurópatas, como en nueurasténicos, neuróticos, etc.
Aerofagia del lactante
En el caso del lactante, la acumulación de aire en el estómago (aerofagia) tiene un origen mecánico, no nervioso. La aerofagia del lactante suele aparecer cuando el niño realiza degluciones frecuentes en vacío, es decir, con escasa o ninguna leche en el acto de mamar. La aerofagia del lactante se suele presentar cuando el bebé está deseoso de leche o cuando su boca no encaja bien en el pezón de la madre. En estos casos, en vez de entrar un trago de leche, entra una gran cantidad de aire por el vacío que se establece en el acto de la succión. También puede ocurrir cuando el niño chupa su dedo o el chupete.
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