Agricultura ecológica

Los consumidores españoles llenan cada vez con más frecuencia su cesta de la compra con los alimentos y bebidas elaborados en el marco de la producción ecológica, ya sea por el atractivo que ofrecen los mismos por sus cualidades organolépticas, o por el deseo de contribuir también de forma activa a la protección del medio ambiente, a la mejora de los recursos naturales y al bienestar de los animales y del medio rural.

Para identificar los alimentos producidos bajo estos principios la Unión Europea se ha reservado en exclusiva los términos “Ecológico” (ECO) “Biológico” (BIO), y “Orgánico”, que podrán ir acompañados de dos logotipos que los identifican: el primero de la entidad de control que certifica el producto, y un segundo que confirma que el producto se ha elaborado atendiendo al Reglamento marco de la UE para la producción ecológica. Este último será obligatorio a partir del 1 de julio de 2010 y deberá ir acompañado del código de la entidad de control que certifica el producto.

Qué es la agricultura ecológica

Es un sistema de producción agraria que nos ofrece alimentos de gran calidad y saludables, al tiempo que contribuye a la diversidad biológica y a la preservación de las especies y los hábitats naturales de nuestro mundo rural. Para ello, este sistema de producción se basa en una serie de objetivos y principios, así como en unas prácticas de cultivo y manejo comunes diseñadas para minimizar el impacto humano en el medio ambiente y en los animales.

La diversidad de especies animales y vegetales empleadas en la producción ecológica, así como la variedad que se hace de los usos de la tierra, contribuyen a crear un paisaje más interesante y variado que la producción convencional, apostando principalmente la ecológica por impulsar el desarrollo local y regional de su zona. Además de estar sujeta a la normativa general alimentaria de cada país, la producción ecológica está regulada por un estricto Reglamento de la UE, en donde se recogen las exigencias en materia de producción vegetal, animal, así como de inspección, certificación y etiquetado. Se incide en que los alimentos ecológicos son sometidos a unos controles adicionales, realizados por entidades de certificación autorizadas y supervisadas por la Administración, que garantizan el cumplimiento de su exigente normativa específica. Actualmente existe un nuevo Reglamento de la UE sobre producción ecológica y su etiquetado que tiene su aplicación desde el 1 de enero de 2009.

Principios generales de la agricultura ecológica

• Promueve la rotación de los cultivos.

• Procura el aprovechamiento “local” de los recursos (como el estiércol para fertilización o los alimentos para el ganado producidos en la propia granja).

• Persigue la selección de especies vegetales y animales resistentes a enfermedades y adaptadas a las condiciones locales.

• Promociona la cría de ganado en zonas al aire libre y con alimentación ecológica.

• Favorece el uso de prácticas apropiadas para la cría de diferentes especies de ganado.

• Limita el uso de pesticidas y fertilizantes, antibióticos para el ganado, aditivos y coadyuvantes en alimentos y otros insumos.

• Prohíbe el uso de organismos modificados genéticamente.

Con la agricultura ecológica preservamos nuestros recursos naturales

El suelo es uno de los más importantes y castigados recursos naturales, esencial para la vida en nuestro Planeta, porque nutre a las plantas que, a su vez, procuran oxígeno y alimentos a los seres humanos y animales. Es por esto que los agricultores ecológicos respetan el suelo realizando un seguimiento de lo que aportan y extraen de él, de cómo su actividad agrícola afecta a su fertilidad y composición. Los agricultores ecológicos buscan la sostenibilidad de sus producciones y no sólo la productividad. Mantienen el suelo en buenas condiciones, fértil y natural, intentando mejorar su estado a través del suministro de nutrientes adecuados, de la mejora de su estructura y de la buena gestión del agua que necesita. En este sentido, los métodos empleados en agricultura ecológica contribuyen a retener los recursos hídricos y preservar su calidad. La agricultura ecológica lleva además a un aumento de los organismos beneficiosos que viven en el suelo, propiciando el buen estado fitosanitario de los cultivos, la sanidad y bienestar de los animales y, en última instancia, como no, al hombre. De la misma manera, existen estudios que apuntan que la agricultura ecológica produce menos emisiones de carbono, por lo que ayuda a mitigar la amenaza del cambio climático.

Explotación ganadera ecológica

En la explotación ganadera los principios y prácticas ecológicas son estrictos de cara a proporcionar a los animales una vida confortable y libre de estrés de acuerdo con sus necesidades naturales, adaptadas a cada especie concreta. Asimismo, la ganadería ecológica pone énfasis en que el dolor y el sufrimiento tienen que minimizarse a lo largo del ciclo de vida del animal. Los ganaderos ecológicos proporcionan a los animales una alimentación ecológica, que no sólo beneficia al crecimiento de los mismos y a su producción, sino que también mejora su salud y bienestar general. Los animales ecológicos también deben tener acceso permanente a pastos abiertos y forraje para su alimentación y, preferiblemente, en la propia granja donde se crían. No se permite el uso de promotores de crecimiento, aminoácidos sintéticos y organismos modificados genéticamente, y sólo se pueden utilizar otros ingredientes en ciertas circunstancias.

Prevención por encima de todo

En cuanto a la salud de nuestros animales, ésta se cuida sin depender de productos sintéticos, como los antibióticos, recurriéndose a las medidas preventivas más adecuadas. De enfermar un animal, el granjero ecológico recurre a terapias homeopáticas y a tratamientos a base de extractos de plantas. Sólo podrán utilizarse medicamentos veterinarios sintetizados químicamente cuando estos productos alternativos resulten ineficaces, y siempre bajo ciertas restricciones. Tras salir de la granja o de la explotación agrícola, un alimento ecológico deberá todavía cumplir una serie de requisitos a su paso por las manos de transformadores, distribuidores y vendedores, que garantizarán que lo que hemos comprado es auténticamente ecológico y que su consumo merece la pena.

Alimentos para todos los gustos

Alimentos para bebés, vinos, cervezas, lácteos, cárnicos y pescados, pastelería, panes, aceite de oliva virgen, zumos y frutas y verduras en conserva, comidas preparadas, … la transformación de las materias primas ecológicas también es un reflejo de los infinitos gustos, habilidades y tendencias culinarias que caracterizan al consumo actual. Los profesionales que se dedican a la transformación, distribución o venta de alimentos ecológicos están igualmente implicados en el cumplimiento de la legislación que afecta a la producción ecológica. Entre los requisitos que tendrán que cumplir está:

  1. La prohibición total de usar organismos genéticamente modificados o condimentos y colorantes artificiales, salvo excepciones muy concretas.
  2. La utilización limitada de aditivos y coadyuvantes
  3. La garantía de que los ingredientes ecológicos y convencionales se almacenan, manipulan y procesan de forma separada.

Crece la distribución

Los canales de distribución habituales a través de los cuales los consumidores pueden adquirir productos ecológicos son: mercados ecológicos locales, tiendas ecológicas, a través de la venta directa en la misma explotación agraria o cooperativa, o compras on-line a través de Internet. Sin embargo, cada vez son más los supermercados e hipermercados en donde el producto ecológico comparte lineal con su homólogo convencional.

De la misma manera cada vez un mayor número de establecimientos de restauración ofrecen menús ecológicos en sus cartas. Hay que tener presente que la mayor duración del proceso de producción ecológica, los menores rendimientos derivados de las restrictivas condiciones del uso de medios de producción y exigente técnicas agropecuarias, la necesidad en ocasiones de más mano de obra, la cuidadosa separación entre productos ecológicos y convencionales, la elaboración y distribución de estos alimentos a menor escala y los mayores y más rigurosos controles de estas producciones conllevan un mayor coste para los operadores en toda la cadena de suministro, que lógicamente hoy en día todavía encarecen el precio final. No obstante, no se puede olvidar que el valor añadido de estos alimentos es fruto del indudable beneficio que reporta el peculiar sistema de producción ecológica al apostar por la sostenibilidad del medio ambiente y el desarrollo de nuestro mundo rural.

El Etiquetado genera confianza

Cualquiera que sea el sitio elegido para comprar o consumir productos ecológicos, éstos han de contar con la confianza de que han sido producidos bajo las estrictas normas nacionales y de la UE. Sin atenerse a estas normas, cuyo cumplimiento es estrictamente vigilado por las entidades de control, los productores y procesadores de alimentos ecológicos no pueden atribuirse el término de ecológico, biológico u orgánico, o llevar los logotipos de la agricultura ecológica. Y es que, además de los ingredientes habituales y la información nutricional del producto elegido, el etiquetado de los productos ecológicos informa al consumidor de diversos aspectos, como es el caso del nombre del último operador que ha manipulado el producto. También contiene el código del organismo o autoridad de control que ha inspeccionado al productor y al procesador del alimento, con objeto de garantizar su origen.

Comités de Agricultura Ecológica

En nuestro país, el control se realiza mayoritariamente a través de Consejos o Comités de Agricultura Ecológica, que son organismos dependientes de las Comunidades Autónomas y que llevan a cabo los controles e inspecciones exigidos por la normativa comunitaria. Actualmente, están autorizados organismos privados de control en Andalucía y Castilla-La Mancha, empleándose ambos sistemas en Aragón. La información obligatoria en el etiquetado de los productos ecológicos tiene por finalidad garantizar que los productos que usted adquiere están producidos conforme al Reglamento comunitario. Conseguirlo presupone para el agricultor o ganadero que haya tenido que pasar por un periodo de conversión de dos años como mínimo para comenzar a producir este tipo de alimentos.

Productos seguros, naturales y auténticos

Los procedimientos utilizados en la producción ecológica se encaminan a la obtención de productos de máxima calidad, más naturales y auténticos, con sabores atractivos y con los mismos beneficios nutricionales que los obtenidos por métodos convencionales. Los alimentos ecológicos están producidos bajo idénticos estándares de seguridad alimentaria que los de producción convencional, la diferencia es que en vez de usar recursos como los pesticidas de síntesis para luchar contra las plagas o las malas hierbas, se priman las rotaciones de cultivos y se seleccionan variedades resistentes para evitar problemas.

Además, en vez de usar conservantes y potenciadores de sabores, los productores ecológicos tratan de vender el producto lo más fresco posible, recurriendo a producciones de temporada. Pero es un hecho que las técnicas utilizadas en la producción ecológica favorecen la calidad de estos alimentos, como demuestran los datos finales de una valoración organoléptica y sensorial encargada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Federación de Empresas con Productos Ecológicos, FEPECO, en donde, tras una serie de catas de productos ecológicos, se destaca al alto potencial de calidad que apuntan éstos en cuanto se introduzcan en su sistema productivo ciertas mejoras.

Sector expansión

El incremento de la demanda de los consumidores en relación a los productos ecológicos está creando numerosas oportunidades en todos los sectores de su cadena de suministro, con el consiguiente impulso del desarrollo rural y económico en muchas de nuestras áreas rurales. En la serie de datos recogidos por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino se subraya que la producción ecológica ha sufrido en nuestro país un importante crecimiento en 2008, tanto en superficie a cultivar, un 33% más, como en el número de personas que se dedican ya a ella, 23.473, que se han incrementado en un 16%. En cuanto a las producciones que se dedican a agricultura ecológica, destacan los bosques y recolección silvestres, que suponen 187.908 hectáreas, y pastos, praderas y forrrajes, con 660.501 hectáreas, las cuales constituyen la base de la ganadería ecológica.

Mapa de superficie dedicada a la agricultura ecológica

Dentro de la superficie agrícola ecológica cultivada, el ranking lo encabezan los cereales, incluido el arroz, con 126.168 hectáreas, un 10% de la superficie total, y el olivar, 101.275 hectáreas, un 8% del total. Le siguen los frutos secos, con 70.062 hectáreas, y la vid, 30.855 hectáreas. Otros cultivos ecológicos pequeños en superficie, pero fundamentales por su dimensión económica son los frutales y cítricos y las hortalizas y tubérculos. En ganadería ecológica se contabilizaron en 2008, 3.813 explotaciones, un 25% más que un año antes: 1.671 de vacuno (1.600 de carne y 71 de leche), 1.000 de ovino (894 de carne y 106 de leche), 159 de avicultura (42 de carne y 117 de huevos), 108 de porcino, y 194 dedicadas a la apicultura.

La Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea impulsa la página web www.ec.europa.eu/agriculture/organic/home_es, una iniciativa diseñada para incrementar el conocimiento sobre la agricultura ecológica en toda la Unión Europea. La página contiene información relevante para los consumidores, así como herramientas para los distintos públicos implicados en el sector de la agricultura ecológica. Según palabras de la comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural, Mariann Fischr Boel: “Para que la agricultura ecológica prospere, es preciso que los potenciales consumidores y el ciudadano en general entiendan las particularidades de este sector y su funcionamiento. Se han de dar respuestas a las preguntas de los consumidores, porque sólo así éstos podrán confiar en los productos ecológicos, en los métodos de este tipo de agricultura y en el propio logotipo ecológico de la UE”.

Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino mantiene activa la web www.vivelagriculturaecologica.com, con la que se propone dar a conocer la realidad de la agricultura ecológica y mostrar sus beneficios. Destaca en la misma, una sección, ¡Aprenda con Ecolina¡, diseñada para, a través de juegos interactivos, motivar a los niños, futuros consumidores con poder de decisión, a conocer estas producciones.

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