Enumeramos algunas de las inquietudes de los padres primerizos cuando tienen su primer hijo.
No es tan bonito como esperaba
Sobre todo las madres (y los padres) que lo son por primera vez pueden encontrar que su hijo no es tan hermoso como esperaban o incluso pueden hallarle feo. Su nariz o su cráneo aparecen deformados; su piel, muy roja y con rojeces más intensas en las sienes. No se podía esperar otra cosa después de lo que el bebé ha tenido que soportar para hacer su entrada en este mundo.
Hay que tranquilizarse ya que, poco a poco, su cabeza irá tomando la redondez natural y su piel se volverá rosada y cubierta de fino vello, como todos los bebés.
También puede darse el caso de que presente manchas rojas en los párpados o en la nuca. Son angiomas fisiológicos que desaparecen al cabo de unas dos semanas, sin dejar rastro.
Tampoco hay que inquietarse si el bebé parece bizquear. Esto es porque todavía no dispone del reflejo de acomodación de sus ojos y no puede fijarlos bien, por lo que es imposible captarle una verdadera mirada. Pero pronto la fijará en un rostro que entre en su campo de visión.
¿Puede cambiar el color de sus ojos?
Algunos padres se preguntan si puede variar el color de los ojos del recién nacido. Los bebés de piel clara suelen tener ojos azules y, los de piel oscura, ojos de color castaño, pero unos y otros pueden tener ojos de color gris azulado. De todos modos, cualquier que sea el color de su iris al nacer, puede variar y no ser el definitivo hasta el sexto mes.
Bebés con senos hinchados
Hacia los doce días, niños y niñas presentan a menudo un poco hinchados sus senos; a veces esta hinchazón alcanza el tamaño de una nuez. Cuando esto ocurre no hay que masajearles los senos ni presionárselos, lo que provocaría una inflamación más grave. Basta simplemente con aplicar sobre el pecho inflamado un apósito húmedo fijado mediante una venda.
Este fenómeno, que se debe a las hormonas recibidas con la sangre materna, no debe inquietar en modo alguno a sus progenitores, pues es normal y similar al del hinchamiento de los órganos genitales que se registra en los niños y que no requiere tratamiento alguno. También a veces se han observado en las niñas verdaderas menstruaciones en miniatura.
Ictericia en los bebés
Otro de los incidentes sin gravedad que pueden causar inquietud a las madres no prevenidas es la ictericia que se manifiesta hacia el cuarto o quinto día del pequeño. No es ninguna enfermedad y no hay que preocuparse por ello aun cuando –como ocurre a veces- el crecimiento del bebé se enlentece. Esta ictericia es producida por la evacuación normal de ciertos pigmentos. Durante algunos días, la orina del bebé será más oscura y manchará sus pañales, pero no importa. Solamente si la ictericia se prolongara más allá de quince días o si el niño diese signos de malestar (falta de apetito o de sueño, llanto continuado, etc.), en cuyo caso debería llamarse al médico.
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