Los aminoácidos. Es imposible hablar de las proteínas sin tener que tratar de los aminoácidos, sus constituyentes básicos estructurales, que, a semejanza de los eslabones de una cadena, constituyen los elementos necesarios que, enlazados unos con otros, forman la molécula de la proteína.
Las proteínas difieren entre sí fundamentalmente por el número, naturaleza y orden de enlace de unos aminoácidos con otros. A pesar de la gran variedad y complejidad de las proteínas existentes en la naturaleza, todas ellas están constituidas a partir de tan sólo veinte aminoácidos distintos, denominados fundamentales, siendo únicamente los ocho nombrados a continuación los considerados esenciales o no sintetizados a partir de otros por el organismo.
1) Fenilalanina
2) Isoleucina
3) Leucina
4) Lisina
5) Metionina
6) Treonina
7) Triptófano
8) Valina
Las estructuras moleculares de las proteínas están integradas por largas cadenas helicoidales de aminoácidos denominadas peptídicas, en las cuales estos elementos se enrollan alrededor de un eje imaginario. El carboxilo de un aminoácido reacciona con el grupo amino de otro aminoácido, eliminando una molécula de agua y formando una unión de tipo amídico. Este nuevo compuesto toma el nombre de péptido, y la unión se llama peptídica. El péptido tendrá en sus puntos terminales un radical NH2 y un COOH libres, pudiendo ellos, a su vez, ligarse con una unión peptídico a dos nuevos aminoácidos, formando moléculas cada vez más complejas, llamadas precisamente polipéptidos. Las proteínas son, pues, macromoléculas formadas por la unión de numerosos aminoácidos ligados entre sí por uniones de tipo peptídico.
Este planteamiento suficientemente probado y aceptado por la Bioquímica moderna puede dar idea del motivo por el que los prótidos que se encuentran en la naturaleza sean tan numerosos y tan distintos unos de otros. Haciendo reacciones entre sí, los dos aminoácidos más simples, la glicina y la alanina, se obtendrán dos péptidos isómeros, es decir, de idéntica fórmula química, pero estructuralmente diversos, según que el grupo carboxilo de la glicina sea el que se una con un lazo peptídico al grupo amídico de la alanina o viceversa.
Variedad de proteínas
Si en lugar de dos aminoácidos se ponen a reaccionar tres, las combinaciones que se obtienen por la forma distinta de sucesión de estos compuestos base en el polipéptido que se forma aumentan entonces al número de seis. Incrementando aún más el número de los aminoácidos, la cantidad de isómeros posibles crece según la ley de las permutaciones hasta alcanzar cifran grandísimas: por ejemplo, con 5 aminoácidos se pueden tener 120 polipéptidos; con diez, 3.628.000; con quince, 1.307.674.368.000, y así sucesivamente. Si se piensa que en los hidrolizados de los diversos prótidos analizados se han encontrado veinte tipos de aminoácidos diversos se tendrá con ello una idea de porqué en la naturaleza las proteínas son tan numerosas y diversas unas de otras y alcanzan unos niveles de especialización tan sumamente elevados.
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