Los ayunos se pueden practicar de diferentes formas y con diferentes resultados. Si lo que deseamos es una regeneración hasta el mayor grado posible de nuestra salud es evidente que un ayuno de uno o dos días aporta poco.
Es beneficioso pero nunca será la solución. Para encontrar la total recuperación de una enfermedad crónica, como veremos por los casos clínicos que comentaremos, se necesita más tiempo y a veces más de una sesión de ayuno.
Las personas que han estado comiendo de todo a lo largo de su vida, entrar en un ayuno hídrico de la noche a la mañana puede ser contraproducente. Se puede hacer, pero las reacciones eliminadoras o de depuración pueden ser tan fuertes y tan mal entendidas por el practicante del ayuno que si en el asesoramiento de un profesional fácilmente desistirá en el intento.
El método más práctico y fácil de asumir es el que nos explica Désiré Mérien en su libro “Ayuno y Salud. El método suave de las etapas”. Toda la teoría de la serie de artículos que estamos tratando sobre el ayuno se basa en este método. Sin embargo, los casos clínicos de los que hablaremos más adelante se basan en las experiencias que nos relata el Dr. Bernard Jensen en su libro “Ciencia y práctica de la Iridología” durante su práctica de la Medicina Natural por décadas en su rancho de California.
Aunque parece ser que el Dr. Jensen al recomendar el ayuno a sus pacientes era “más rápido”, sin embargo, al estar en una clínica y bajo la supervisión de profesionales los resultados en su su caso fueron espectaculares como ya relataremos.
De modo que recomendamos para todos aquellos que se quieran iniciar en la práctica del ayuno que primero lean el libro de Désiré Mérien y que sigan su método. ¿Por qué el método de las etapas alimentarias? Sencillamente porque es el más seguro.
La energía en la función de relación y de nutrición
En su libro Dériré Mérien, lo primero que nos ayuda a entender es el equilibrio que todos debemos conocer entre la función de relación y la función de nutrición. Resumiéndolo diremos que la función de relación es todo aquello que se relaciona con nuestra vida exterior (sentidos, músculos, pensamientos). Por otra parte, la función de nutrición abarca a los diversos apartados y funciones que participan en el vida del organismo sin que éstas se relacionen con la vida consciente. Por ejemplo, nadie está consciente de los mecanismos químicos que hay envueltos en la digestión; o de cómo se graba en nuestra memoria lo aprendido o cómo se produce la visión en nuestro cerebro.
Pues bien, aquí está uno de los primeros puntos importantes para entender como funciona el organismo y su relación con el ayuno: Cuando el organismo posee una energía vital suficiente, las funciones de relación y nutrición aseguran lo mejor posible sus diversas necesidades. Pero si nuestro organismo está enfermo (toxémico) entonces nosotros, nuestra voluntad consciente, puede retirar parte de la energía que se utiliza en la vida relacional para que nuestra vida nutricional, entre ella la función de eliminación, esté más activa.
Un ejemplo práctico para entenderlo
Si yo tengo gripe, mi propio organismo me pedirá que deje de comer, para que toda la energía que tiene mi organismo la utilice para recuperarse. Se me quitarán las fuerzas de los músculos, puede que no tenga ganas de hablar, ni de ver a nadie. Solo deseo estar acostado en cama y recuperarme. Esto lo hace el organismo porque nos quiere obligar a que descansemos. Nos quita energía de la función de relación y la traslada a la función de nutrición (eliminación en este caso). No tenemos fuerzas para nada, pero sin embargo, a lo mejor tenemos fiebre, empezamos a expectorar abundante mucosidad, estamos con diarrea, tos, etc. Es decir toda la energía que antes utilizábamos para trabajar, hablar, movernos o leer, ahora la utilizamos para producir una fiebre, o eliminar abundante mucosidad.
Este ejemplo ilustra lo que nuestro organismo hace para curarse. Pues esto mismo lo podemos hacer NOSOTROS VOLUNTARIAMENTE CON EL AYUNO. Esta es la clave del ayuno. Nosotros voluntariamente inducimos al organismo a que la energía de la función de relación se traslade a la función de nutrición (eliminación). Al dejar de tomar alimentos también dejamos de consumir energía que nuestro organismo utilizaba para hacer la digestión de estos y quemarlos. Ahora esa energía extra se concentrará en algo que nuestro organismo siempre está haciendo, desintoxicarse, e iniciamos un proceso por el que lo obligamos a que la energía que normalmente utilizaba para nuestras funciones de relación con el exterior se centren sólo en la eliminación.
Es por esto por lo que cuando iniciamos un ayuno se van las fuerzas y se nos quita el hambre, no es que estemos enfermos por esto, es que nuestra energía se traslada a cumplir otra función: ELIMINAR, DESINTOXICAR; y lo hará con una intensidad que de la otra manera no era capaz de realizar. Nuestro cuerpo siempre está eliminado desintoxicándose, pero tiene que tener suficiente energía para muchas funciones.
Muchas personas sanas tienen un perfecto equilibrio entre estas dos funciones y eliminan de forma conveniente. Sin embargo, otras personas no tienen esta misma capacidad y el organismo acumula y acumula toxinas (enfermedad). Es en estos casos donde el ayuno es excelente como terapia porque vamos a permitirle por un tiempo que toda la energía que nuestro organismo utiliza la use para: ELIMINAR, DESINTOXICAR.
La cuestión ahora es: ¿Cuál es la mejor manera de llevar esto a cabo, de forma segura y que nos lleve a la curación? El Método de las Etapas Alimentarias
Tema relacionado: Indice de la serie
Guía práctica sobre el ayuno
Comentarios
Jorge Sanchez replied on
Desintoxicación y eliminacion de excesos
Comparto totalmente la parte de "eliminacion de toxinas". Creo que el ayuno es lo mejor para poder depurarte por dentro y poder eliminar todo lo que no necesita nuestro cuerpo.
Fuentes: http://www.ayuno.es y http://www.miayuno.es
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