La alimentación del bebé es un problema cotidiano. El organismo infantil, para desarrollarse normalmente y resistir lo mejor posible a las enfermedades exige una nutrición no sólo suficiente, sino también equilibrada.
Beneficios de la leche materna
Sólo ésta se halla perfectamente adaptada al recién nacido. Más ligera o más rica, según su edad, es el alimento previsto por la Naturaleza y el más perfecto para él. En la actualidad es indiscutible el interés de que los niños sean alimentados al pecho en la primera época de su vida, si ello es posible.
Los conocimientos actuales permiten demostrar que ningún otro alimento cubre las necesidades fisiológicas, inmunológicas y afectivas del recién nacido como lo hace la leche de su madre, entre cuyas ventajas pueden señalarse las siguientes:
1.- La leche materna es rica en inmunoglobulinas, especialmente en inmunoglobulina A, resistente a los fermentos digestivos y que tiene, como principal función, mantener exenta de gérmenes patógenos la mucosa del intestino.
2. Posee lisozima y lactoferrina, que son factores antiinfecciosos inespecíficos.
3. Contiene ciertos oligosacáridos que favorecen el predominio en la flora intestinal del «lactobacillus bifidus».
4. Vehicula células vivas, concretamente neutrófilas, macrófagas y linfocitas (glóbulos blancos) que constituyen otras defensas para el lactante.
Sin embargo, un bebé alimentado a pecho puede estar hipoalimentado, ya sea porque su madre no tiene bastante leche, o porque el bebé no mama convenientemente. Para saber con seguridad que el bebé toma suficiente leche es menester pesarlo antes y después de cada mamada. Si la cantidad de leche secretada por la madre no es suficiente para llenar las necesidades del bebé, hay que tratar de aumentarla y, mientras no aumente, es necesaria la lactancia mixta, dando al bebé alguna otra leche.
Conocida la cantidad que el lactante ha mamado, para completar su toma de alimento se le administrarán unas cucharaditas de leche después de tomar el pecho. Es aconsejable hacerlo así y no con el biberón ya que el bebé podría acostumbrarse a éste y rechazar el pecho.
Pero, por poca que sea la leche que la madre pueda dar a su hijo, ha de dársela, aunque sólo sean 5 gramos al día. Es un aporte de hormonas y de otras sustancias específicas de la raza humana imprescindibles para el bebé y que no puede obtener de ningún otro origen; aunque sean en cantidades muy pequeñas, son valiosas para ayudar a sus células.
Otro beneficio de la lactancia materna
La revista Parents informa: “Además de transmitir al recién nacido anticuerpos protectores contra la diarrea, las infecciones del oído y las alergias, la leche materna también pudiera prevenir el cáncer”.
Una investigación que se realizó en el Centro para el Estudio del Cáncer, de la Universidad de Minnesota, reveló que los niños que son amamantados tienen menos probabilidad de padecer leucemia —el cáncer más común en la infancia— que los criados con biberón. Los que disfrutaron de lactancia materna por lo menos un mes tuvieron un riesgo 21% menor de padecer cáncer, y la cifra aumentó a un 30% en el caso de los amamantados durante seis meses o más.
LACTANCIA ARTIFICIAL
Hasta principios del siglo XX, más del 80 % de los lactantes que no eran alimentados al pecho fallecían, tanto si los biberones eran de leche de vaca como de leche de cabra, con lo que la lactancia llevada a cabo por la madre o por una nodriza contratada era una cuestión de vida o muerte.
Afortunadamente, la industria alimentaria ha ido realizando avances importantes en la elaboración de alimentos infantiles, consiguiendo modificar la leche de vaca, asemejándola en lo posible a la leche de mujer, pudiendo en caso de necesidad sustituirla mediante el biberón, con bastante garantía.
Un problema añadido a la lactancia artificial es el agua con la que diluir la leche maternizada en polvo. Esta agua debería ser de una calidad tal que no ejerciera una interacción nociva por sustancias contenidas en ella.
Según investigaciones efectuadas por el doctor Ralph Schubert, de la Universidad Johann-Wolgang-Goethe, de Francfort-le-Main, nitratos y sulfatos así como ciertos metales tales como el cobre y el plomo pueden estar presentes en el agua considerada potable, ya sea debido al empleo masivo de abonos en terrenos cercanos a los cursos acuáticos, o debido a las instalaciones domésticas.
El nitrato, en el cuerpo, puede transformarse en nitrito, sustancia cancerígena. Se comprenderá que, comparado con el organismo adulto, el organismo todavía en crecimiento del lactante reaccionará con extrema sensibilidad a la toxicidad del nitrato. De ahí la conveniencia de utilizar solamente, para la preparación de biberones, agua mineral (sin gas) de reconocidos manantiales.
Una vez preparado el biberón, otra cuestión a tener en cuenta es la temperatura en que debe ser suministrado. Todos los manuales de pediatría indican que hay que proteger de cualquier exceso de calor las delicadas mucosas del bebé alimentado al biberón.
Teóricamente, los biberones deben ser calentados al baño-maría o por algún otro medio, para que la temperatura de la leche sea la del cuerpo (36 a 38°), pero para comprobar la «buena temperatura», en lugar de utilizar el termómetro, recomiendan dejar caer unas gotas de leche sobre la mano, antes de introducir la tetina en la boca del bebé. Es preferible que la leche esté más bien fría que demasiado caliente.
Un pediatra americano, el doctor L. Emmett Holt Jr., después de una experiencia prolongada con dos grupos de bebés, unos alimentados con leche fría y otros con leche caliente, comprobó que no existe diferencia alguna entre el aumento de peso y el desarrollo de unos y otros. Las enfermeras encargadas de tomar la temperatura a los bebés sólo observaron un descenso de alrededor de un grado en los que tomaban leche fría.
El Dr. Holt concluye que la alimentación con leche fría es incluso recomendable en casos de «espasmos del lactante» y constituye un descongestionante en ciertas circunstancias. Solamente hay que evitar un brusco cambio de sistema, pasando a la leche fría a un bebé ya acostumbrado a la leche caliente. Por otra parte, en tiempo frío, la leche a la temperatura del cuerpo constituye un aporte calórico no despreciable.
Problemas en la alimentación del bebé
Llanto nocturno
Si durante las primeras semanas el bebé llora un poco por la noche, puede ser porque, alimentado cada 3 horas durante el día, no halla normal estar privado de su alimento desde la 10 de la noche hasta las 6 de la mañana.
No conviene acostumbrarle a darle un biberón suplementario para que se calle, pero lo que sí puede hacerse es avanzar un poco el primer biberón. Al cabo de algún tiempo se acostumbrará a no pedir alimento durante la noche.
Reflujo gastroesofágico
Los lactantes devuelven normalmente un poco de leche, sobre todo si han tragado aire al tomar el biberón (aerofagia). De todos modos no hay que ponerlo en su cuna inmediatamente después de darle el biberón. Tomándolo en brazos y meciéndolo unos momentos, se conseguirá que pueda eructar con más facilidad.
Al ponerlo en la cuna no hay que dejarlo boca arriba, ya que si regurgitara podría ahogarse. En caso de que vomitara todo el biberón hay que ponerlo en conocimiento del pediatra.
Atragantamiento
Si se atraganta o llorando rechaza el biberón puede ser debido a una tetina demasiado o poco agujereada. Las tetinas deben permitir el paso de la leche con esfuerzo de succión, al ritmo fisiológico. Si dejan salir poca leche, los bebés se impacientan y lloran, o se cansan y se duermen sin tomar su leche. Si dejan salir demasiada leche, causan atragantamiento.
Si la tetina carece de agujero o éste es insuficiente, hay que agujerearla, lo cual es un ejercicio que requiere cierta práctica. Hay que tomar una aguja, ponerla al rojo en la llama del gas y proceder a agujerearla. Para saber de manera aproximada si el agujero es correcto, al tener preparado el biberón se invierte; se podrá considerar correcto si gotea sin sacudirlo, pero sin que la leche salga a chorro.
Hipo
No hay que alarmarse si el lactante tiene hipo. Muchos recién nacidos lo tienen acabados de nacer. No significa en absoluto que digieran mal o que les cuesta retomar aliento. Se le pasará tomando al bebé en brazos hasta que haya hecho un eructo. Diarrea. Un bebé alimentado al pecho rara-mente sufre trastornos intestinales. Si es alimentado al biberón y presenta diarrea: sobre todo si es verde no hay que perder tiempo y avisar al médico. Para evitar que se deshidrate, mientras se espera su llegada, debe sustituirse la leche por agua hervida con un poco de azúcar.
Resfriado. Si el lactante tose y fluye su nariz, hay que tomarle la temperatura rectal. Para ello se le mantiene con sus piernas elevadas y se le introduce con mucho cuidado el termómetro, que previamente se habrá untado de vaselina. No debe inquietar si esto le provoca una defecación suplementaria, será debido a que el termómetro ha actuado como supositorio.
Fiebre
Si tiene fiebre, hay que avisar al médico. Mientras se espera su llegada, se mantendrá bien abrigado al bebé, si es necesario caldeando la habitación. En este caso, se pondrá a calentar un recipiente con agua para que el aire de la habitación no sea demasiado seco.
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Comentarios
Gema Candelas Piña replied on
Lactancia materna. Revisen, por favor, sus conceptos.
Por favor, actualicen los contenidos consultando autores especialistas en lactancia materna (Carlos González) y no digan barbaridades como que la madre puede no producir suficiente leche o que hay que pesar al bebé antes y después. Si la técnica de mamar es correcta, cualquier madre puede y debe dar el pecho, A DEMANDA, incluyendo las tomas nocturnas NECESARIAS. Revisen los protocolos de la OMS. Decepcionante el artículo. Estaba consultando su página con interés y después de esto, me pensaré si incluirla en mis "favoritos". Caducos, retrógrados y nada biológicos y naturales sus consejos.
Pablo Lastras replied on
Respuesta a lactancia materna
Antony replied on
RESPUESTA DE LECHE MATERNA
HOLA CARLOS GONZALEZ, antes de lanzar un comentario muy apasionado por favor lee bien detenidamente el articulo, esta muy bien redactado y su contenido es excelente, decepcionante el comentario que haces que esta fuera del contexto que aborda el tema. Para mi esta muy bien este y muchos articulos aqui descritos... Gracias a quienes lo desarrollan.
MICHEL replied on
bulto en el pecho
estoy amamantando hace 7 meses pero en el pecho del lado derecho me salio un bulto pero no me duele antes de que empezara a mamantar no lo tenia cuando me lo toco se mueve esto me tiene preocupada tengo 24 años que debo hacer
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