Teléfono Móvil. Riesgos. Peligros. Consejos

Definición de telefonía móvil
La telefonía móvil es un sistema de radiotelefonía sin hilos, siendo el teléfono móvil un pequeño emisor-receptor abierto (no existe protección) y omnidireccional, que emite en alta frecuencia –la banda de microondas comprendida entre 900-1800 MHz- con 2 W de potencia máxima, límite legal de potencia para no recalentar los tejidos del cerebro.

La radiación más peligrosa proviene de la antena del móvil, situada muy cerca de la cabeza y se atenúa al alejar el aparato del oído. La potencia de emisión aumenta, automáticamente, según los obstáculos materiales (paredes, vehículos, etc.) encontrados entre el móvil y la antena receptora.

La radiación de un teléfono móvil supera 3 millones de veces la radiación natural (Natural Sun), y durante su uso la antena emisora-receptora se sitúa literalmente pegada al cerebro. La emisión de microondas, muy cerca de nuestro cráneo, acelera nuestras ondas cerebrales al límite del estrés, y puede tener muchos otros efectos biológicos.


Peligros y riesgos de los teléfonos móviles en exposición continuada
Muchos informes científicos alertan del riesgo de la contaminación electromagnética y especialmente de las microondas, utilizadas en emisiones de televisión, radares y telefonía móvil, pero también en informática (chips) y en múltiples dispositivos electrónicos (wireless).


En exposición continuada, a largo plazo, con el uso del teléfono móvil o expuestos a las antenas repetidoras, muchos científicos encuentran los siguientes riesgos:

-         Daños en la membrana celular (flujo de iones Ca, K, Na).

-         Efectos sobre el sistema inmunológico con pérdida de defensas.

-         Incluso alteración del ADN, con destrucción de cromosomas, y rotura de enlaces simples y dobles.

-         Se ha encontrado incremento de tumores en cobayas.

-         Se ha relacionado el uso del móvil con el cáncer de piel

-         Puede se causa de tumores cerebrales (permeabilidad cerebral).

-         También se ha vinculado con el Parkinson y con el riesgo de potenciar o acelerar la aparición de la demencia de Alzheimer.


Los efectos biológicos dependen del tiempo de exposición a las microondas. Aumentan linealmente con la potencia de la fuente de emisión (móvil o antena), y decrecen exponecialmente (d2) al aumentar la distancia entre el móvil o antena repetidora y la persona expuesta.

Con dosis de radiación muy bajas, a partir de 0,1u W/cm2 de potencia de radiación, pueden aparecer estos efectos. Los estudios del biofísico Neil Sherry (New Zeeland), encuentran efectos biológicos, con alteración del electroencefalogramo a partir de sólo 0,01uW/cm2. Datos confirmados por las investigaciones del Dr. V. Klitzing (Lübeck, Germany) que como especialista en Física Médica sitúa los umbrales de prevención entre 1 y 10 nanoWatios/cm2 (0,001-0,01uW/cm2).


Peligros o riesgos neurofisiológicos de la telefonía móvil
Por su parte, los efectos neurofisiológicos a corto plazo muestran una clara correlación con el mayor uso de móviles o con una mayor proximidad a las antenas.

Algunos de estos efectos son:

- Incremento del estrés.

- Alteración de ondas cerebrales y otros biorritmos.

- Pérdidas de memoria, mente en blanco.

- Dolor de cabeza persistente.

- Insomnio y trastornos del sueño.

- Ruidos y zumbidos de oídos

- Mareos y vértigos.

- Palpitaciones y alteraciones del ritmo cardiaco.

- Subida de presión sanguínea.

- Calentamiento de los tejidos cercanos al oído y a la córnea del ojo, con aumento del riesgo de sufrir cataratas.

- Eritemas en las zonas de la piel expuestas directamente a las radiaciones.

- Y otros malestares difíciles de definir calificados por la medicina como distonías neurovegetativas.


Aunque todos somos sensibles a las microondas, el peligro potencial frente a campos electromagnéticos es mayor para la “población de alto riesgo”, como embarazadas , bebés y niños que presentan un peligro estadístico mucho mayor (hasta centenares de veces).

El riesgo también se incrementa en enfermos, ancianos y, aún más, en las personas ultrasensibles, el colectivo de “alérgicos a la electricidad” que puede presentar respuestas biológicas con dosis de radiación hasta mil veces menores.


Consejos para reducir el riesgo de los teléfonos móviles
Ante tantos estudios controvertidos, sobre el tema de si la telefonía móvil es peligroso para la salud o no, llegamos a la conclusión de unos expertos independientes británicos cuando dieron a conocer su informe para el Ministerio de Sanidad de Reino Unido en 2000: “recomendamos que se aplique el principio de prevención en el uso de las tecnologías de telefonía móvil hasta que se disponga de mayor y más fundamentada información científica sobre sus efectos sobre la salud”.


Dado el riesgo evidente, los consejos serían:

-         Use el teléfono móvil lo menos posible.

-         Limite el número de llamadas y su duración.

-         Los analógicos son más aconsejables que los digitales (GSM).

-         Elegir un modelo de baja radiación.

-         Alejarlo todo lo posible de la cabeza al hablar (accesorio manos libres).

-         Cuando no se use (stand by), mantener el teléfono alejado del cuerpo.

-         Evitar llevarlo permanentemente cerca de los genitales, riñones, corazón, ojos o cerebro.

-         No usarlo dentro de edificios, pues aumenta la potencia de radiación al tener que atravesar estructuras densas.

-         Evitar usarlo en lugares públicos, para evitar la irradiación involuntaria al usuario pasivo.

-         Impedir la venta y promoción del teléfono móvil a los jóvenes, evitando su uso a los niños por su mayor sensibilidad.
 

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