Mercurius – Remedios de Homeopatía

Mercurius solubilis 3ª trituración — Mercurius corrosivus 2ª trituración

Indicaciones principales de Mercurius

  • Costras en la cabeza
  • Erupción en la cara
  • Dolor reumático de la cabeza (de un costado de la misma, y sobre todo de noche).
  • Inflamación de los ojos y párpados (en especial la escrofulosa y sifilítica).
  • Inflamación y opacidad aumentada de la córnea (también con tumefacción).
  • DOLOR DEL OIDO. Inflamación del órgano del oído con formación de absceso; flujo por la oreja.
  • Estreñimiento (que puede ser también muy tenaz en los niños).
  • OCENA.
  • DOLOR DE MUELAS.
  • Hinchazón de los carrillos.
  • Escorbuto.
  • Aftas, inflamación de la lengua.
  • Flujo de saliva. Inflamación del cuello.
  • Catarro de la faringe. Bronquitis, ronquera, y tos convulsiva,
  • Catarro del estómago.
  • ICTERICIA.
  • Pujos, disentería.
  • Tenesmo prolapso del recto.
  • Ascárides en el recto
  • Catarro de la uretra. Blenorrágia.
  • Flujo blanco.
  • Comezón de la piel, sarna, tiña, herpes, erupciones de granos malignos; granos; lupus;
  • Tumores, dolencias de glándulas; dolor en los huesos y tumefacción en los mismos, periostitis, gangrena, panarizos, escorbuto, escrofulosis, raquitismo, sífilis, tuberculosis (especialmente acompañados de sudores nocturnos debilitantes).

Características principales de Mercurius

Erupción seca o acuosa con comezón en la parte cabelluda de la cabeza, el pelo cae y las glándulas del cuello y de la nuca se hinchan; color pálido, descolorido, amarillento de la cara con costras amarillentas sucias que dan gran comezón y destilan un líquido hediondo, y echan fácilmente sangre si se rascan; vejigas y botones en la barbilla, frente y labios con hinchazón de las glándulas próximas a ellos; dolor de cabeza como si hubiese de estallar, acompañado de la de vértigos, idem nocturno: dolor en un lado de la cabeza que se extiende hasta los dientes, oído y cuello; dolor punzante y ardiente en los ojos, sobre todo al aire libre; párpados encendidos e inflamados, lagrimeo y aversión a la luz, con tumefacción y costras en los bordes que destilan mucha mucosidad y pus; el tejido cutáneo es muy colorado con tumefacción y vejiguillas en la córnea, que se vuelve más opaca y espesa, causando aversión a la luz y vista turbia.

Dolor reumático, punzante en el oído con tumefacción o color encendido del canal auditivo; secreción de pus, y erupción en y detrás de la oreja; tumefacción dolorida de la glándula salival de la oreja; ruido y zumbido con oído duro, estado que pasa temporalmente sonando o deglutiendo, o va unido acaso con excreción de líquido o materia; inflamación colorada de la nariz con tumefacción de la cavidad; estreñimiento violento, acuoso, mordiente y que ulcera. Ocena tenaz y nariz tapada.

Dolor de muelas que empeora al comer o con alimentos calientes o fríos, de noche, y por el calor de la cama; punzadas en las muelas cariadas y dolor reumático en las raíces de las muelas sanas, con los carrillos hinchados; los dientes parecen estar flojos y menearse y caen, encías hinchadas, llagadas, esponjosas y muy doloridas cuando se tocan o al mover la boca, sujetas a sangrar; hinchazón dolorida de la lengua, de las encías y del carrillo, tumefacciones en la boca y sobre la lengua, o abscesos de materia, con salivación de mal olor.

Dolor en la garganta a la deglución, con continúa necesidad de deglutir; hinchazón e inflamación de todo el paladar con abscesos y tumores en las partes blandas del mismo; con imposibilidad de tragar cosas sólidas, acumulación continúa de mucosidad y de saliva, que obliga a tragar o a vomitar; sabor pútrido, salado o dulce en la boca con lengua muy cubierta, voz ronca, con ardor y titilaciones en la faringe; tos conmovedora y seca provocada por una titilación continua, en especial de noche en la cama con pérdida de voz; respiración dificultosa por mucosidades y acaso también con expectoración estriada de sangre respiración corta.

Repugnancia para toda clase de alimento, en especial para los que son calientes; náuseas, ganas de vomitar con sabor dulce en la garganta y pesadez del estómago que parece querer caer, aun después de comer los alimentos más fáciles; flatos con sensibilidad de los intestinos; evacuaciones de cólico mucoso y verdoso, escoriadoras sanguinolentas con continua necesidad de evacuar; dolor de vientre, especialmente después de evacuarlo; expulsión de sangre y de mucosidad sin otro excremento, con prolapso del recto; comezón y ardor en el ano; continua e irresistible necesidad de orinar con orina de color rojo oscuro, hedionda y que se vuelve pronto turbia; ardor y punzadas en la uretra, sea durante el orinar o después; flujo espeso, amarillento, de mucosidades de la uretra, en especial de noche, con hinchazón del prepucio, frenillo y extremo de la piel; flujo blanco como pus con gran ardor e hinchazón del clítoris y de los labios.

Piel de color amarillo sucio, áspera y seca; comezón violenta en toda la piel especialmente por la tarde y de noche, aumentado por el calor de la cama; erupción como sarampión, de granitos y vejiguillas que sangran con facilidad, en especial en las articulaciones, que pican y queman después de rascarlos; erupción húmeda, manchas herpéticas, pústulas con materia, diviesos, pus, tumores, dolores en los huesos en especial de noche; manchas de sangre con hemorragias de la nariz y de las encías; tumefacciones de glándulas y abscesos.

Síntomas generales característicos de Mercurius

Los dolores y dolencias aumentan hacia la tarde y de noche, especialmente con el calor de la cama; inclinación a sudar fuertemente sobre todo de la cabeza, sin que el sudar traiga alivio a las dolencias; postración, cansancio y dolor en todos los huesos; inflamaciones que pasan fácilmente a secreciones de pus y líquidos con sudor debilitante de noche y hacia la madrugada; dolores reumáticos especialmente en los miembros y articulaciones y en especial de noche.

DOSIS Y TOMA DE MERCURIUS

En muchas enfermedades crónicas (especialmente en las erupciones de la piel, formación de pus, tumores, dolencias de los huesos y glándulas) bastan dosis de algunos globulillos o de lo que cabe en la punta de un cortaplumas del polvo cada 1-2-3 o 4 días. Cuando los dolores son violentos, en los pujos, disentería, difteritis y otros estados agudos y de peligro de vida, deben darse las dosis con más frecuencia, como cada 3-2-1 o cada media hora, según la violencia y el peligro.

Como preparación de Mercurio la que más puede recomendarse es el Mercurius solubilis de Hahnemann; debiendo ser preferido el Mercurius corrosivus (sublimado) en la disentería y difteritis. En cuanto a la dieta, debe regirse según la clase de dolencia de que se trata, teniendo presente que la eficacia del Mercurius está por encima de todos los efectos que pudiesen causar los alimentos (abstracción hecha de los medicamentos) y que de consiguiente no hay que temer contrariar o anular aquellos; pero esto mismo es al propio tiempo una razón de limitar su aplicación únicamente a los casos que la requieran en absoluto.

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