Los grupos sanguíneos ABO y el factor Rh

En algún lugar se ha escrito que los glóbulos rojos o  hematíes son clasistas o racistas. Pues nos parece que no es una barbaridad. Si a los glóbulos rojos los juntamos con los que no son de su “clan” los rechazan. Sí, estamos hablando de los grupos sanguíneos.

Los grupos sanguíneos vienen determinados por la presencia o ausencia de unos antígenos en la superficie de estas células.

Existen sólo dos antígenos, el A y el B, y la combinaciones entre ellos forman los diferentes grupos sanguíneos que existen.

Los grupos A y B

El grupo A y el grupo B contienen los antígenos A y B, respectivamente. El grupo AB tiene los dos; y el grupo O no tiene ninguno.
Los glóbulos rojos del grupo A son enemigos por naturaleza de los glóbulos rojos del grupo B. El grupo A tiene anticuerpos contra los glóbulos del grupo B, y viceversa, de tal forma que si estos grupos sanguíneos se unieran debido a una transfusión sanguínea se aniquilan sin compasión. Esta es la razón por la que las personas del grupo A solo pueden admitir sangre de su mismo grupo  o de la clase O a la que haremos referencias después. A las del grupo B les pasa lo mismo pero con su grupo.

El grupo AB

En este caso los hematíes de este grupo, podríamos decir que se han reconciliado y se llevan bien tanto con los hematíes A como con los B. No tienen anticuerpos y admiten cualquier grupo sanguíneo. Por esto a este grupo se le conoce como  receptores universales. Sin embargo, este grupo tiene la característica de que sólo sirven para su mismo grupo, es decir su sangre solo es compatible con este grupo AB.

El grupo O

Los glóbulos rojos del grupo O no tienen ningún antígeno, sin embargo lo que no les falta son anticuerpos. De tal forma que los hematíes del grupo O tienen anticuerpos contra los grupos A y B, y podríamos decir que sólo se llevan bien con los hematíes de su propio grupo.

Puesto que los hematíes del grupo O no tienen antígenos estos se pueden mezclar con cualquier otro grupo sanguíneo y es por lo que se conoce a este grupo como donantes universales.

El Rh

Pero para hacer la situación todavía más compleja, los glóbulos rojos tienen otro toque de distinción que los puede hacer diferentes, es el llamado factor Rh.

El Rh es otro antígeno que el 85% de las personas lo lleva consigo. A este 85 % de las personas se las conocer como Rh positivo; sin embargo, el resto (15%) carecen del antígeno, y se las conoce como Rh negativas.

Si una persona Rh negativa padeciera una transfusión de hematíes con un Rh positivo se formarían anticuerpos anti-Rh, que en el caso de volverse a repetir la transfusión provocaría la destrucción de los mismos.

Pero el tema del Rh donde más se ha dado conocer es cuando una mujer se queda embarazada. Si una madre Rh negativa concibe un feto Rh positivo, en el primer embarazo todo sale bien, pero el factor Rh positivo del niño ocasiona la formación de anticuerpos anti-Rh de la madre en el organismo de esta. Si se vuelve a producir un embarazo, los anticuerpos anti-Rh de la madre, destruirán los hematíes del niño, causándole una enfermedad denominada enfermedad hemolítica del recién nacido. Sin embargo, este suceso se puede prevenir administrando a la madre después de cada parto una medicación especial.

Resumiendo, si una mujer Rh negativa es fecundada por un hombre Rh positivo, el feto puede ser también Rh positivo. Si el antígeno Rh llega a la sangre materna a través de la placenta inducirá la producción de anticuerpos, que atacarán a los siguientes fetos Rh positivos.

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