Cálculos renales. Síntomas de cólico nefrítico

Los cálculos renales son bastante frecuentes entre la población y causan aproximadamente una de cada mil hospitalizaciones.

Se han encontrado piedras en las momias egipcias, lo que indica que de siempre ha sido un problema para el ser humano.

En algunos casos en la historia familiar hay un registro de piedras en el riñón, e incluso algunos pacientes tienen piedras raras causadas por defectos metabólicos hereditarios.

Tipos de cálculos renales

Más del 80% de los cálculos renales tienen calcio, por lo general en forma de oxalato cálcico. El otro 20% contiene fosfatos o uratos (como las que se forman en la gota).

Las principales tipos de cálculos renales por su estructura química son de:

• Acido úrico y urato: volumen pequeño o grande; color claro y oscuro; superficie lisa; consistencia durísima; ubicación: riñón, vejiga, próstata y uréter.
• Oxalato de calcio: volumen pequeño; color rojizo;  superficie plana;  consistencia friable; ubicación: riñón, vejiga, próstata y uréter.
• Fosfato de calcio: volumen pequeño; color grisáceo; superficie lisa; consistencia dura; ubicación: riñón, vejiga, próstata, uréter, páncreas y glándulas salivares.
• Fosfato de amonio y magnesio: volumen pequeño y grande; color blanco-grisáceo; superficie lisa; consistencia blanda (friable); ubicación: riñón, vejiga, próstata, uréter.
• Carbonato de calcio: volumen pequeño; color blanco-grisáceo; superficie lisa; consistencia friable; ubicación: riñón, vejiga, próstata, páncreas, glándulas salivares.
• Cistina: volumen pequeño; color amarillo; superficie lisa;  consistencia blanda (friable); ubicación: riñón, vejiga, próstata, uréter
• Xantina: volumen pequeño; color marrón oscuro; superficie brillante lisa; consistencia friable; ubicación: riñón, vejiga, próstata, uréter.

Causas de los cálculos renales o piedras en el riñón

Si en el organismo hay hipercalcemia, es decir más calcio de lo normal circulando por la sangre, la concentración de calcio en la orina aumenta y es más probable que se formen cálculos o piedras.

La hipercalcemia puede ser provocada por diferentes causas: aumento de la actividad de la glándula paratiroides, la erosión del hueso por cáncer, defectos nutricionales como la toma en exceso de leche, o un exceso de vitamina D.

Los cálculos renales se pueden formar también si el volumen de orina disminuye, como sucede en caso de deshidratación, o si la acidez se altera.

Por la composición de los cálculos renales se puede entender su origen. En la composición química del cálculo siempre se observa un núcleo central formado por el cuerpo extraño y por los coloides depositados en él, y por una serie de capas periféricas concéntricas constituidas por las sales precipitadas (fosfatos, oxalatos, uratos). Favorecen la precipitación de una determinada sal los siguientes factores: la mayor concentración de dicha sal en relación con las demás, la reacción de la orina, que si es ácida favorece la precipitación de los uratos y oxalatos, y si es alcalina facilita la de los fosfatos; el cálculo resulta mixto (es decir, de varias sales) si los dos factores precedente (concentración salina y reacción urinaria) sufren variaciones.

Además de estos cálculos llamados primarios, están los secundarios. Estos pueden tener su origen en factores locales como una infección urinaria, una retención de orina en las vías urinarias, etc., las cuales provocan la fermentación amoniacal de la orina, que a su vez produce la transformación de las sales solubles en otras sales insolubles, las cuales precipitan en forma de cálculos.

Los más propensos a tener piedras en el riñón

Hay regiones del planeta en el que parece que la población es más propensa a la formación de piedras en el riñón. Por ejemplo, en la India la incidencia es más alta, así como en Asia suroriental. También afecta más a varones que a las mujeres y, aunque algunos pacientes sólo tienen una piedra, en el 50% de los casos se repiten.

Por otra parte, las piedras de riñón se asocian más con un modo de vida sedentario y con vivir en un clima tropical con períodos intermitentes de deshidratación.

Cólico nefrítico, sus síntomas

El efecto de una piedra depende de su tamaño. Las que son muy pequeñas (hasta dos milímetros) pasan por el tracto urinario fácilmente sin producir síntomas. Las que miden más de 8 milímetros, se retienen en la pelvis renal, donde pueden aumentar de tamaño aunque no suelen producir síntomas. Si estas piedras adquieren la forma de la pelvis se las denomina cálculos coraliformes.

Las piedras que entran en el uréter y que se quedan atascadas son las que dan lugar al cólico nefrítico.

Cuando un cálculo se desplaza hacia la vejiga y de ésta al exterior; este movimiento del cálculo ejerce una acción distensiva, dilatadora, sobre la sensible pared del uréter, lo cual origina el dolor. Este dolor alcanza su máxima intensidad durante los movimientos de contracción espástica que se producen en la pared uretral irritada y anormalmente distendida. Otro motivo de dolor es la retención de orina por encima del cálculo que a su vez produce una dilatación de la zona uretral.

De modo que un cólico nefrítico o cólico renal es la expresión clínica de la emigración de un cálculo que abandona la pelvis renal y encuentra dificultad para alcanzar la vejiga.

Los síntomas de un cólico nefrítico pueden aparecer de forma brusca. El dolor puede ser repentino. Otras veces el dolor se produce después de un movimiento forzado, de un esfuerzo físico intenso, de una copiosa ingestión de alimentos y bebidas, de una contusión violenta sobre la región renal, etc.

El dolor del cólico nefrítico es muy vivo, de tipo trasfictivo, y se irradia desde la región lumbar a lo largo de la región del uréter. El dolor puede llegar hasta la ingle, la región vesical y los órganos genitales externos (testículo en el hombre, o grandes labios en la mujer).

Cualquier movimiento mínimo o ligera presión aumenta el dolor y produce un quejido en el enfermo.

Por el reflejo nervioso renorrenal, el riñón sano que no tiene cálculos también puede doler.

Por el reflejo renovesical se presenta una micción frecuente, dolorosa y con escozor.

Por el reflejo regástrico suelen aparecer náuseas y vómitos.

Y por el reflejo renorrectal la defecación puede ser dolorosa.

El típico dolor del cólico nefrítico disminuye o aumenta con la relajación  o el aumento de la contractura espástica ureteral.

El cólico renal suele durar algunas horas, aunque en ocasiones puede durar días.

En el cólico renal, la micción puede ser dificultosa y dolorosa. También puede disminuir en cantidad (oliguria) y contener sangre (hamaturia). La sangre tiene su origen en las lesiones de roce provocadas por el cálculo en las paredes del conducto ureteral. La cantidad de sangre puede ser muy escasa, imperceptible o por el contrario abundante.

Una forma de distinguir cuál es el origen de la hematuria es observar cuándo se produce esta en la micción. Si la sangre aparece al principio de la micción entonces es de origen prostático o uretral. Si la sangre se observa al final de la micción la hematuria es de origen vesical.

Complicaciones más graves de un cólico nefrítico

Entre las principales complicaciones que se pueden presentar durante un cólico nefrítico destacamos las siguientes:

• Anuria: ausencia completa de emisión de orina
• Infección de la pelvis renal (pielitis) o de todo el riñón (pielonefritis).
• Hidronefrosis, es decir, la dilatación de la pelvis renal.
• Rotura del conducto ureteral.

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