La nutrición celular o nutrición ortomolecular (del griego “orto” correcto o justo), se basa en aportar las moléculas justas o correctas para cada individuo. El concepto de nutrición ortomolecular fue acuñado por el doctor Linus Pauling, catedrático en química y dos veces Premio Nobel, quién la definió como: “La terapia ortomolecular consite en proporcionar a cada persona la concentración óptima de las sustancias que están presente en nuestro organismo con el fin de corregir aleraciones mantener una buena salud”.
La nutrición celular, también conocida como medicina ortomolecular o nutrición óptima, utiliza las sustancias nutritivas fundamentales como: vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, enzimas, antioxidantes y fibra dietética, no sólo de forma preventiva para evitar la aparición de determinadas enfermedades y mantener una buena salud general, sino también para tratarlas, al considerar que muchas de ellas se deben o se acentúan en buena medida por deficiencias nutricionales.
Un concepto básico para entender la nutrición celular (ortomolecular) es el de la individualidad bioquímicas, según el cual las necesidades de nutrientes varían de un individuo a otro según las características bioquímicas, la edad, el sexo, la actividad física, el estado emocional, la situación fisiológica (gestación, lactancia, etc.), el nivel de toxemia (cantidad ingerida de alcohol, café, sustancias químicas, etc.), las características de digestión y absorción, etc. Es más, para un mismo individuo pueden variar sus necesidades a lo largo de la vida, debido a cambios provocados por la edad, cambios en el estilo de vida y/o situaciones fisiológicas especiales. A todo ello, hay que añadir que determinadas afecciones incrementan de forma sustancial los requerimientos de determinados nutrientes.
La nutrición ortomolecular y las CDR
Todo este planteamiento desplaza a un plano meramente anecdótico a las CDR o cantidades diarias recomendadas, que durante años se han utilizado como referencia para marcar las necesidades diarias de cada nutriente. Las CDR son cantidades que se fijaron, la mayoría de ellas en los años 40 del siglo pasado, para evitar la aparición de enfermedades carenciales como el escorbuto (por deficiencia de vitamina C), la pelagra (por deficiencia de vitamina B3) o el beriberi (por deficiencia de vitamina B1). Las CDR, marcan los requerimientos mínimos para no padecer estas enfermedades carencias, sin entrar a valorar si esas cantidades son las óptimas para mantener un buen estado de salud, ni las características particulares de cada individuo.
Por tanto, una de las características de la nutrición celular (ortomolecular) es que utiliza megadosis, es decir, dosis de nutrientes que están muchas veces muy por encima de las CDR, no sólo para prevenir sino también para tratar enfermedades, ajustándose a los requerimientos específicos de cada individuo.
Para conseguir estos niveles apropiados de nutrientes la nutrición celular u ortomolecular utiliza tanto indicaciones dietéticas como el uso de nutrientes en forma de complementos alimenticios. Como terapia se caracteriza por careces prácticamente de efectos secundarios, por su alta aceptación y su gran eficacia en muchas de las patologías más habituales (tanto utilizada como monoterapia o como terapia adyuvante) y por actuar reforzando la capacidad autocurativa y autorreguladora del organismo.
Fuente: Lamberts
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